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"En la zona más habitada de Lastres casi no tenemos iluminación", dicen los vecinos

Los lastrinos piden una barandilla en la pista en la que un octogenario murió después de caer y la rebaja de las aceras en los pasos de cebra

Carmen Álvarez Monteserín, ayer con su carrito, paseando por el barrio de El Manso. P. M.

Es el tema de conversación en todo el pueblo, pero en la parte alta preocupa de forma especial. La falta de iluminación y de medidas de seguridad que influyeron en el fallecimiento de un octogenario maliayés el sábado, que cayó a la pista polideportiva cuando salía de un entierro en la iglesia parroquial, son quejas habituales entre los habitantes de los barrios de El Manso, El Carmen y Las Malvinas.

Estas tres promociones de viviendas concentran la mayor parte de la población de la villa marinera, donde además del mantenimiento y refuerzo del alumbrado público y una barandilla de protección también piden una rebaja de las aceras para que carricoches y personas en silla de ruedas puedan transitar con comodidad y seguridad. Así lo cree la gijonesa Carmen Álvarez Monteserín, que vive en la residencia de mayores y sale a pasear a diario si el tiempo se lo permite. Lo hace con la ayuda de un carrito al que se agarra y donde transporta sus enseres, por lo que subir y bajar de las aceras por los pasos de cebra le cuesta trabajo. "Las rampas en las aceras y la barandilla donde se cayó el señor son cosas muy necesarias", reclama Álvarez antes de señalar que corren peligro tanto personas mayores como niños. El paso por el que cayó Severino Canteli Camblor es una zona "muy estrecha, por la que pasan coches en dos direcciones", describe esta vecina antes de que parroquianos del bar "El Mesón", muy cercano al lugar del suceso, achaquen la fatal caída a que "estaba todo oscuro cuando pasó", poco después de las siete de la tarde. "Hay cuatro bombillas que encienden cuando les da la gana", sentencian algunos vecinos que echan en falta el mantenimiento por parte del Ayuntamiento colungués.

Aumentar la iluminación y reparar las averías es lo más importante a juicio de muchos y una carencia que el presidente de la asociación de vecinos de Lastres y Luces, Ángel Moro, trasladó al Ayuntamiento todavía la semana pasada, pues "no había luz desde El Barrigón", describió. La zona tiene otros problemas, como el firme pisado junto al edificio "El Fontanín", a cuyos sótanos entra el agua cuando llueve. Construido hace seis años y habitado hace dos, los vecinos creen que se debe al paso de camiones con mucha carga y desconocen de quién es la responsabilidad de repararlo.

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