Cangas de Onís pasa revista a sus fuentes y lavaderos. El Consistorio cangués ha iniciado una campaña para que ninguno de estos elementos etnográficos quede sin restaurar. En total, el concejo atesora más de medio centenar de estos tradicionales surtidores de agua, distribuidos por sus 63 pueblos. Muchos presentan un estado de abandono como consecuencia de su desuso, después de la tecnología permitiera la llegada del agua corriente a las viviendas particulares.

El objetivo de la iniciativa de recuperación de lavaderos es doble: por un lado se rescata el patrimonio del municipio y por otro sirve como un recurso turístico más para atraer visitantes a la zona rural canguesa, según explicó el alcalde, José Manuel González (PP).

En lo que va de año, el Consistorio cangués ha rehabilitado lavaderos como el de Beceña, proporcionándole una nueva techumbre; a esta construcción hay que añadir la restauración de los surtidores de Isongu, Ixena o Cabielles.

Las actuaciones, llevadas a cabo con la mano de obra que proporcionan los operarios del taller de empleo de la mancomunidad "chica" -conformada por los municipios de Cangas de Onís, Onís y Amieva- también contemplaron la mejora de la fuente de El Cascayu, en Cangues d' Arriba. A estas obras se suman las ya ejecutadas el año pasado en las localidades de El Llanu Con, Perlleces, Corao Castiellu, Mestas y La Riera.

El regidor cangués tiene previsto ampliar el número de construcciones a restaurar. "A medida que se restauran lavaderos, van viniendo más vecinos a comentarnos que en su zona hay algunos en mal estado. Por eso hemos decidido ampliar el proyecto y esperamos actuar en lo que queda de año en Llenín o Ñeda", aseguró. "El motor económico de Cangas de Onís es la ganadería y el turismo y con estas iniciativas se beneficia a ambos sectores", dijo.

El proyecto de recuperación de lavaderos y fuentes no es la única iniciativa contemplada por el Ayuntamiento para conservar el patrimonio local. El Consistorio aprobó a comienzos de este mes una bonificación del 95 por ciento en el impuesto de obras para reparar hórreos -hay más de 200 en Cangas de Onís-, eximiendo a sus propietarios de pagar la tasa por otorgamiento de licencias urbanísticas necesarias para llevar a cabo esta reparación.