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Los 101 de Isabel Concha

"Comer bien, trabajar y caminar" son los consejos de la cumpleañera llanisca para asegurar la longevidad

Isabel Concha se dispone a soplar las velas en la residencia de Parres, rodeada de su familia. CRISTINA CORTE

Ciento un años no se cumplen todos los días y por eso a la llanisca Isabel Concha Álvarez le costaba reprimir las lágrimas mientras soplaba las velas en la residencia El Candanal de Romiyín (Parres) en la que reside desde hace un mes.

La tarta se la trajo su sobrina Esther Concha y su sobrina-nieta Belén Sánchez, que acudieron acompañados por los hijos pequeños de la última: Jonatan y Álex. Los niños no ahorraron en cuidados con la cumpleañera, que nació en Vallines en una época en que no había lavadora en casa y la comida se hacía sobre unas brasas de leña en el suelo.

Concha, que fue testigo entre otras cosas de dos guerras mundiales, la llegada de la segunda república, la guerra civil o la dictadura franquista, prefiere no hablar mucho del pasado. Y lo único que le pidió al futuro al soplar las 101 velas el domingo en Parres fue "salud y trabajo" para los suyos.

Comer bien, trabajar y caminar mucho son los consejos que da esta mujer, a la que todos conocen por el apodo de "Madrina" para cruzar la barrera de los cien sin una gota de colesterol y con la cabeza en su sitio.

Concha se mudó a Los Corrales de Buelna (Cantabria) con su marido Luis Ballesteros -con el que tuvo tres hijos- y aunque allí permaneció más de cuatro décadas nunca perdió el amor por "la tierrina" a la que volvió al quedarse viuda.

A su regreso se instaló en Mestas de Con, donde hasta hace poco lo mismo subía el monte a ver al ganado que cebaba a las gallinas. La cumpleañera sospecha que en su buena salud influyeron los aires de esta localidad de Cangas de Onís.

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