Los afectados por el "caso Bankinter" en Cangas de Onís confían en cobrar sus indemnizaciones antes de que acabe el año. Así lo manifestaron ayer algunos de los casi veinte demandantes a quienes representa el abogado Marcelino Tamargo, que cifra el desfalco cometido por el agente de la entidad Jesús Lobato -fallecido en enero de 2014 tras pasar casi un año en prisión- en 2,5 millones de euros. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Cangas de Onís acogió ayer el que iba a ser el último de los juicios por el "caso Bankinter", aunque finalmente se ha sumado una nueva denuncia, pendiente de resolver, de una vecina de Llames de Parres.

En el litigio ayer celebrado la demandante Ana Cuesta exigió al banco la compensación por operaciones fraudulentas de su exagente, que habría utilizado para jugar en bolsa el dinero que ella había ingresado para cancelar una hipoteca. El juicio de Cuesta ya tendría que haberse celebrado en noviembre, pero se suspendió (por tercera vez) por la ausencia del perito judicial, de baja médica. El experto tampoco acudió ayer y por eso la demandante pidió que su testimonio fuera recogido por videoconferencia. Cuesta asegura que el informe pericial reconoce que el exagente realizó a su nombre préstamos no autorizados, operaciones bursátiles, operaciones con una tarjeta o transferencias no autorizadas durante el tiempo que tuvo la cuenta (de mayo de 2005 a 31 de enero de 2013). La auditoría interna realizada por el banco cifró en su día la cuantía de 74.994 euros como el importe necesario para compensar las operaciones. El abogado de Cuesta considera que la cantidad estafada es superior y solicita que se tengan en cuenta los daños morales sufridos por su clienta. Tamargo denunció la falta de controles por parte del banco hacia sus agentes y que no presentaba todos los justificantes o comprobantes de operaciones solicitadas. "El abogado de Bankinter por fin reconoció hoy (por ayer) que hubo operaciones fraudulentas", contó Tamargo. "Hasta ahora todos los juicios se han resuelto a nuestro favor, aunque nos hubiera gustado que las cantidades fueran mayores y que se tuvieran en cuenta daños morales sufridos por mis clientes durante estos tres años que llegaron a aparecer en listas de morosos", dijo.

En total, fueron más de medio centenar los afectados por las prácticas irregulares de Lobato aunque el banco logró llegar a acuerdos con una treintena.