Treinta años de actividad cultural, 600 eventos y de miles de amistades. Es el balance de la asociación "Amigos de Ribadesella", que en octubre cumplió tres décadas volcada en enriquecer el panorama cultural del concejo. Todo empezó en una sobremesa, alrededor de una botella de guindas de Los Serranos. Un grupo de amigos, algunos riosellanos y otros emblemáticos veraneantes, entablaron una conversación sobre lo necesario que era avivar el panorama cultural en el concejo. "Eran cuatro o cinco y terminaron siendo doce, los que el 18 de octubre de 1986 firmaron el acta fundacional de la asociación", rememora el actual secretario, Alejandro Barrero, quien tiene el número de socio 71.
Fue de los más madrugadores, teniendo en cuenta que en aquel año 1986 la asociación ya sumó 91 integrantes. "Amigos de Ribadesella" vivió su mejor momento -en cuanto a número de socios- en el año 2006, cuando sumaron 1.174. En la actualidad tienen 936, pues han notado la crisis económica: "la cultura es lo primero que se quita", apunta Barrero, antes de lamentar que también algunos socios iniciales han fallecido.
Barrero sitúa en la pérdida de amigos los peores momentos de la asociación, pues "marca que fallezca gente de la tuya" y cuenta entre los más agradables la recepción, por parte de los Reyes, cuando la asociación cumplió 25 años.
Uno de los sellos que caracteriza a "Amigos de Ribadesella" es la fidelidad de sus juntas directivas, pues a las nueve que ha tenido han pertenecido 37 socios, con un importante índice de repetición. Y tres presidentes: Juan Sánchez y Díaz-París (de 1986 a 1999), Juan José Pérez Valle (unos meses tras la dimisión del anterior al acceder a la política) y Alejandro Criado (desde 1999 hasta la actualidad). Con una media de entre 30 y 35 actividades realizadas con un presupuesto de entre 40.000 y 45.000 euros anuales -unos 900.000 euros en estos treinta años- el colectivo se autoabastece y sólo obtiene un diez por ciento de subvenciones.
Si bien nacieron para paliar el hambre cultural de la Ribadesella de los ochenta, ahora ven una sola necesidad: "que la Casa de Cultura esté dotada con personal fijo. Sabemos que no es que el Ayuntamiento no quiera, está cogido por sus propias normativas", expone Barrero, antes de remarcar que este personal fijo "ayudaría muchísimo a desarrollar toda la actividad cultural, tanto la propia del Ayuntamiento como la de las asociaciones" y evitaría la actual situación de "precariedad" a la que todos hacen frente.
