Un nuevo robo, el sexto en doce días, ha vuelto a generar alarma en el concejo de Llanes. Ocurrió en el restaurante El Roxín, de la localidad de El Mazucu. De nuevo de madrugada y de nuevo en un negocio, pero en este caso con la particularidad de que los dueños del establecimiento dormían justo encima en el momento del atraco. Los ladrones se llevaron alrededor de 700 euros en metálico que había en la caja, el bote de las propinas, nueve décimos de lotería del sorteo del Niño, varios más del sorteo extraordinario de Navidad de la ONCE, dos teléfonos móviles y un bolso de mujer con 100 euros, seis décimos del sorteo de Navidad y varias tarjetas de crédito.

Aunque en un primer momento las fuerzas del orden trasladaron al dueño del restaurante que los autores del robo podrían ser integrantes de la banda que protagonizó este mes cinco asaltos en diez días en la localidad de Posada (situada a unos 13 kilómetros de distancia), esta posibilidad ha quedado descartada por completo. La única similitud entre el robo de El Mazucu y los anteriores es que los delincuentes utilizaron guantes para evitar dejar tras de sí huellas dactilares.

Los investigadores están convencidos de que los ladrones de El Mazucu son personas de la zona, que conocían perfectamente el terreno. De hecho, El Mazucu se sitúa en una zona muy apartada, en el interior del concejo llanisco. La localidad solo tiene dos salidas por carretera, una hacia Llanes y otra hacia La Güera, en ambos casos por carreteras estrechas, muy sinuosas y empinadas. Es justo lo contrario a lo que parece buscar la banda que actúa por la costa cantábrica, entre Cabezón de la Sal (Cantabria) y Ribadeo (Galicia), siempre en las inmediaciones de la autovía del Cantábrico y con ella como vía de escape.

El robo de El Mazucu se produjo de madrugada, tras entrar al local los ladrones, una vez forzados los pasadores de unos ventanales de cristal que dan hacia el aparcamiento. Ya en el interior, reventaron la puerta de acceso al bar y a la cocina con una palanca que destrozó el marco de la puerta. Los dueños, que dormían justo encima del local, no oyeron nada, quizá debido también a que están acostumbrados al ruido que se oye a menudo procedente de los congeladores del restaurante.

Rafael Campillo, yerno del dueño, detallaba en la mañana de ayer que la máquina de tabaco había quedado intacta, al contrario de lo que ocurrió en una cafetería de Posada, donde los ladrones la reventaron y se llevaron todo el tabaco. En cuanto al bolso robado en El Mazucu, propiedad de la esposa de Campillo, apareció a primera hora de la mañana junto a la capilla del Ángel de la Guarda, a la entrada del pueblo. "Iba al colegio a llevar a los críos y lo vi. Estaba debajo de un banco junto a la capilla. Es como si se hubieran sentado allí a ver lo que había en su interior. Para una vez que dejo el bolso aquí me lo roban", señaló con resignación la dueña, quien resaltó que los décimos robados eran para repartir entre sus familiares.