Covadonga,

Emilio G. CEA

La enorme cola que desde una hora antes se formó en la explanada de la basílica de Covadonga con gente llegada desde varios puntos de la región demostró que había muchas ganas de un concierto navideño como el que ayer tuvo lugar en el sagrado lugar por parte Coro y la Orquesta Filarmónica de Asturias, ambos bajo la batuta de Pablo Camblor. No hubo mejor escenario para la puesta de largo del coro nacido el pasado mes de noviembre. Su actuación, y la de la Filarmónica, fue recompensada por el millar de personas que abarrotaban el templo con una cerrada ovación. La primera edición del concierto de Navidad Covadonga que nace con idea de consolidarse como un referente musical en la región, cumplió sobradamente con las expectativas generadas.

"Hemos trabajado mucho para estar aquí. Los coristas han puesto mucho de sus parte. Ojalá este concierto que se celebra en un lugar tan emblemático como este, se convierta en un referente", señaló Camblor minutos antes del inicio. Montse Serrano, maestra del coro, aseguraba antes de empezar que sentía "una mezcla de nervios e ilusión".

Entre los espectadores había muchas ganas de disfrutar. La primera de la cola era la riojana Carmen Santamaría Eraso. La gijonesa Sol Suárez acudió junto a su hijo, Pablo Sánchez. "Espero no llorar mucho de emoción. Conozco a muchos de los integrantes del coro", dijo.

El programa comenzó con un "Benedicat Vobis" de Häendel interpretado por el coro y la orquesta, al que siguieron composiciones de Bach, Vivaldi o Händel. Los solistas fueron Pedro La Villa del Camino, quien interpretó un "Panis Angélicus" de gran altura, y la talentosa Susana del Camino.