En efecto, nuestros políticos parece que nos toman por idiotas cuando olvidan que los riosellanos ya, a día de hoy, nos sentiríamos responsables ante las futuras generaciones si les entregáramos una Ribadesella brutalmente mutilada en cuanto a infraestructuras del tráfico se refiere y sin un nuevo puente ría arriba ¡Toda una soterrada puñalada trapera...! a la ¿única? ciudad de España que -partida en dos por una ría- continuaría servida por un solo puente, al no asumir la Corporación los informes técnicos contratados.

Y siendo así ¿ no habría razones más que suficientes para sospechar que nuestros políticos nos esconden la verdad? Exacto. ¿Cuándo y dónde se ha visto que un ayuntamiento contrate asesores por sumas millonarias, y luego no se les haga ningún caso? ¿No suena eso a expolio y estafa inconcebible a las arcas municipales? Sí, porque una de tres: o nuestros políticos están ciegos o esconden razones perversas o no saben leer las recomendaciones de dichos expertos. Pero, aunque así fuera, ¿acaso esos especialistas no fueron contratados precisamente para asesorar a los que por razones obvias no entienden un ápice de las infraestructuras viales recomendadas en estos tiempos? No obstante ¿qué concejales serán esos que, en sustitución de los técnicos contratados, se arrodillarán ante la trasnochada y más barata solución que habrá de presentarles Obras Públicas para reventarnos de contaminación y peligros el tramo El Pochacu, Viejo Puente, Puente del Pilar?

Dicho esto, a la opinión pública también se la debería informar de que existen documentos en letra impresa y en perfecto castellano donde los urbanistas nos dicen cosas tan sobradas de sentido común como estas:

Primero. Todo tráfico procedente de Lloviu que pretenda ir a la margen izquierda del Sella debe ser circunvalado por el Picu Ramonón.

Segundo. Y concebir esto como única solución al endémico problema de dependencia de la carretera de la Costa y del puente de la Villa.

Tercero. Los accesos principales de la Villa se colapsan con preocupante frecuencia debido fundamentalmente a que el coche llega a adentrarse demasiado en el tejido urbano denso.

Cuarto. Los aparcamientos de tráficos exógenos deben resolverse antes en el espacio, de manera que trabajen como elemento disuasorio.

Quinto. Y, sobre todo, considerar ese nuevo puente río arriba y su circunvalación por el Picu Ramonón como solución natural a la expansión de la Villa en la margen izquierda del Sella.

Pero, por si esto fuera poco, no haría falta ser un lince para caer en la cuenta de que la solución de todos esos problemas no solo nos liberaría de las interminables caravanas de vehículos que envenenan el ambiente desde El Pochacu al Puente del Pilar en pleno verano, sino que también nos regalaría el extraordinario oasis-jardín en que quedaría convertido el viejo puente para ser atracción turística y regocijo de viandantes o usuarios de triciclos, carritos para niños y discapacitados, bicicletas, etcétera.

Es más, la circunvalación por el Picu Ramonón ahorraría al Ayuntamiento el gastar un solo euro en la cacareada senda de Tito Bustillo -otro derroche injustificado- porque eso quedaría a cuenta de Obras Públicas.

Y sí, es cierto, necesitamos parkings disuasorios, pero aplicando las normas de las más modernas ciudades que los marginan en sótanos o subterráneos, pero jamás les levantan colosales monumentos en suelo céntrico y urbano. Aunque, ya que la memoria nos pone de actualidad la devastadora amputación de nuestras propias "Torres Gemelas" que han dejado deplorables llagas en el paisaje, nos preguntamos: ¿no resulta, acaso, vergonzosamente inconcebible que no hayamos reconvertido dichas llagas en dos estratégicos aparcamientos? Nos referimos a la enorme trinchera con demolición del monte incluido, (a mano izquierda bajando de la estación), y al barranco tras El Tocote. Sí, el primero con salida cómoda por la avenida Guillermo González a la plaza de Abastos y el segundo a dos minutos de nuestros reclamos turísticos por excelencia: la playa y Tito Bustillo o el muy deseado oasis del viejo puente ajardinado y con pasillo techado. ¿No necesitaríamos todo eso o más, para no confundir Ribadesella con un latifundio?