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La bolera oriental

Las joyas de la comarca

El cangués Pablo Fernández cierra el año como jugador infantil más destacado pese a no celebrarse el Campeonato regional, y Ricardo Gonzalo, como el juvenil con más victorias

Pablo Fernández, en la bolera Caudal de Mieres, antes de una partida. L. B.

El futuro de la cuatreada oriental pasa por Cangas de Onís y Ribadesella, aunque con escalas en Mieres y Gijón. Los jugadores Pablo Fernández (Batán) y Ricardo Gonzalo (El Piles) cerraron el año 2016 con un excelente balance que dejó al primero como el roscador infantil más destacado y al segundo como el juvenil con mayor número de victorias en una temporada lastrada por la ausencia de Campeonatos de Asturias oficiales.

La mala situación económica e institucional de la Federación Asturiana de Bolos, que se pasó ocho meses dirigida por una junta gestora, provocó que no se celebrase ningún torneo oficial, si bien el testigo fue recogido por peñas como Batán de Mieres, Villa de Noreña, El Piles o Morcín, que organizaron numerosas pruebas que mantuvieron viva la llama de la afición menuda.

En todas esas citas hubo jugadores que destacaron, como Pablo Fernández, cangués de la peña Batán de Mieres, que se hubiese proclamado campeón de Asturias infantil de haber reconocido la Federación Asturiana los torneos Viaje a Torrevieja organizados por las peñas, pues si se aplica la misma puntuación que aplicaba la territorial en todas las temporadas desde 1997, Fernández se habría llevado el título.

No menos meritorio fue el año de Ricardo Gonzalo, pues si bien no tuvo una actuación destacada en la primera parte del año, en el último tramo de la temporada se alzó con el torneo de Mieres y completó el ejercicio como el jugador juvenil con más victorias, al lograr 11 triunfos frente a los 10 de Raquel Espinosa, que sería la campeona de Asturias si se hubiese disputado el Regional.

Sin embargo, el papel de Ricardo trasciende más allá de llas categorías menores. Este riosellano enrolado en la peña gijonesa de El Piles contribuyó de manera decisiva al ascenso de su equipo a División de Honor, la máxima categoría del Campeonato de Asturias de cuartetos, y este año tratarán de alzarse con el título en el regional absoluto de la especialidad. Un reto que asumirá junto al piloñés Ángel Ibaseta, los veteranos Nardo Valdés y Mundo Miguel y el noreñense Alejandro Nuño, que estos días anunció que abandona la peña El Berrón tras año y medio para sumarse al proyecto de la peña presidida por Manuel Vigón "Lin".

Por su parte, Pablo Fernández, se fija como objetivo seguir creciendo como jugador e ir avanzando tiro a tiro hasta llegar al de 19,5 metros de distancia para poder competir cara a cara con las principales figuras de la categoría senior. De momento, este año tuvo también la oportunidad de tomar parte de un campeonato celebrado en la localidad sierense de Hevia, en el que se enfrentó a jugadores adultos aficionados, llevándose el título tras vencer en la final al exjugador de la peña El Chalupu, Gabriel Amores, por un contundente 14 a 8, en una partida de altísimo nivel, que entusiasmó a los abundantes espectadores asistentes.

Dos casos que no hacen más que animar a otros jóvenes de la comarca oriental a sumarse al circuito del deporte autóctono, pero que, por otra parte, deja en evidencia las carencias de una comarca en la que actualmente no existen canteras muy prolíficas. Prueba de ello es que los dos grandes jugadores de las categorías inferiores decidieron ir a jugar a dos peñas punteras de Gijón y de las cuencas, después de que sus equipos de origen, Cangas de Onís y Casa Gaspar, vieran desaparecer sus equipos de estas categorías, que durante un tiempo contaron con plantillas bastante amplias para lo que se acostumbra por estos lares.

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