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ISIDRO CABALLERO | Presidente de la asociación bolística "Pico Peñamellera", ha sido galardonado con el premio "Yumper" a los valores humanos en La Fresneda (Siero)

"El Museo de los Bolos necesita una gestión que le dé más vida, más tirón"

"El deporte podría 'molar' si consiguiéramos llevarlo a los chavales; me gustaría verlos en las boleras jugando de manera espontánea"

Isidro Caballero, ayer, en Avilés. MARA VILLAMUZA

Isidro Caballero (Panes, 1951) es el presidente de la asociación bolística "Pico Peñamellera" y el día 20 recibirá en La Fresneda (Siero) el premio de la Asociación Cultural para los Valores Humanos Yumper, que reconoce su labor altruista por la cultura.

-En 2017 el Museo de los Bolos de Asturias, en Panes una iniciativa de la asociación que preside, cumplirá catorce años, ¿qué momento vive?

-Tendría que tener un poco más de tirón, pero esto se consigue con una gestión y creo que la fórmula idónea sería a través de un patronato o una fundación, como sucede con lo principales museos de Asturias. El museo es de titularidad municipal, pero los ayuntamientos se van cargando de cosas y no pueden con todo. El museo se abre en verano fundamentalmente y una gestión adecuada le daría más vida de la que tiene. Ya que hemos hecho el esfuerzo de hacer la instalación tendríamos que buscar una fórmula que nos permitiese darle más vida. De verdad creo que se puede y nosotros nos ofrecemos a colaborar.

-¿Qué supone este equipamiento para el bagaje cultural asturiano y para el deporte en concreto?

-Creo que el proyecto del museo es un proyecto que los bolos se merecen y que los asturianos, no sólo los que simpatizamos con los bolos, nos merecemos por lo que han significado en Asturias, aunque no lo signifiquen ahora. Soy de los que pienso que hoy todavía los bolos podrían recuperarse, mantenerse mínimamente. Está demostrado que tienen más de 500 años de historia en Asturias y que han tenido una importancia muy grande. Si lo olvidáramos, perderíamos una cosa muy importante de nuestra identidad.

-¿Hay más o menos afición a los bolos ahora que cuando nación el colectivo "Pico Peñamellera"?

-A nivel de peñas creo que hemos bajado en estos 23 años. Cuando creamos el museo en el concejo de Peñamellera Baja había cuatro peñas o cinco en la modalidad de palma y hemos bajado. Es muy difícil captar gente porque hay muchas cosas y muchos deportes con un tirón tremendo como el fútbol o el baloncesto.

-¿Qué se podría hacer para que los bolos recuperasen algo del prestigio social que tuvieron en el pasado?

-Los bolos han tenido un prestigio social enorme hasta los años cincuenta en Asturias, en todas las modalidades. Me parece que han bajado y a mi juicio necesitarían en este momento un diagnóstico claro de cómo está la situación, que no lo tienen. Y a partir de ahí marcarnos unos objetivos, no excesivamente ambiciosos, que no se cumplirán si no hay un plan. Y esto en los bolos no lo acabamos de ver. Sucede igual que con el museo, si no tiene proyecto, no sabemos lo que queremos ni a dónde vamos... si te falta eso no puedes evaluar, porque no tienes referencia ni sabes de dónde has partido.

-¿Cree que este deporte puede conectar con las generaciones más jóvenes más allá de preservar lo que tiene de identidad?

-Por supuesto que sí. Sería un juego que podría "molar" si consiguiéramos llevárselo a los chavales. Estoy convencido de que hoy todavía molaría. Además de la identidad, en nuestra generación y las posteriores íbamos encantados a los bolos. Esto indica que este juego, con la modalidad de cada sitio, tiene tirón. Me conformaría con que se recuperaran mínimamente, que se pudieran ver críos en las boleras jugando de manera espontánea. Se podrían hacer muchas, muchísimas cosas si tuviéramos más apoyo. Por ejemplo nosotros impartimos un taller en el verano que podría convertirse en un campus al que dedicaríamos nuestras veinticuatro horas. Creo que eso, que no está al alcance de todo el mundo, no se valora.

-¿En qué se notará la reciente declaración como Bien de Interés Cultural (BIC)?

-Yo en el prestigio sin más no creo demasiado, pero sí puede beneficiar en algunas cosas. Puede haber una campaña a favor de los bolos, por ejemplo, y puede abrir algunas puertas. Favorecerá a los bolos, aunque no por la vía en la que mucha gente piensa, que va a haber no sé cuanto dinero para las peñas.

-¿Es responsabilidad de las administraciones el declive de esta disciplina?

-Los políticos podrán tener muchas culpas de cosas, pero en los bolos no tienen ninguna. Si este deporte no marcha mejor es porque nosotros mismos no valoramos lo nuestro. Dirigir los bolos desde la federación es complejo, cada modalidad cree que es la mejor. Habría que tener el diagnóstico, unos objetivos y un plan a cumplir por etapas; con pasitos claros.

-Defiende al deporte, pero también a los valores sociales, culturales y emocionales que lo rodean, ¿con cuáles se queda?

-De mi generación en Peñamellera soy el que mejor conoce el oriente de Asturias, gracias a los bolos, que me han permitido conocer muchísimo mejor mi entorno y a mucha gente. Entonces jugábamos muchos, pero a las competiciones no íbamos tantos. Hay una relación social muy importante originada por el juego. En cuanto a la relación emocional, los emigrantes asturianos han llevado en la maleta fundamentalmente dos cosas: la Santina y los bolos. Allá donde fueron implantaron la imagen de la Virgen de Covadonga e hicieron una bolera. Por el verano las boleras son todavía un lugar de encuentro para el que viene de México, de Chile, de Madrid, de Santander. Todavía tiene tirón.

-¿Hay filón en los bolos de la emigración?

-Claro que sí. Tenemos muchos emigrantes que le tienen mucho cariño a los bolos y el apartado correspondiente a la emigración está sin hacer en el museo. Espero que un día se haga y se tengan en cuenta las lecciones que nos dieron nuestros indianos de muchas cosas, la ayuda que prestaron a sus lugares de origen. Salvando las distancias con el Museo de los Bolos con el Archivo de Indianos, éste pasó unos años de crisis y la han superado. Creo que si nos ponemos a ello, entre todos lo vamos a ver funcionar.

-¿Cómo recibe el premio de la asociación "Yumper", que reconoce sus valores humanos?

-Recibo el premio con mucha ilusión, tanto por mí como porque se valore un proyecto al que le hemos dedicado, no solo yo sino otras personas, mucho trabajo, ilusión paciencia, algo de dinero y cariño. No me planteo si lo merezco, simplemente lo agradezco. Nosotros estamos a favor de los premios y lo digo con claridad, entre otras cosas porque nuestra asociación los concede todos los años. Además de esto creo que los premios motivan, animan, invitan a esforzarse. Y nos indican que no estamos solos. Es una gran satisfacción que desde La Fresneda consideren que nuestro proyecto merece la pena para Asturias.

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