Una prospección en el castro de la localidad piloñesa de Antrialgu. Eso es lo que solicitan vecinos como el etnógrafo Daniel Cueli, que considera que en Villamayor existe una zona claramente delimitada de máximo interés arqueológico que debería ser explorada a imitación de la necrópolis tardo-antigua de Argandenes, que anualmente recibe para ello una subvención municipal de 7.000 euros.

La petición llega después de que el Boletín del Museo Arqueológico Nacional incluyera en su último número, publicado a finales del año 2016, un trabajo firmado por el arqueólogo del CSIC Óscar García-Vuelta sobre la producción de joyas de oro durante la Edad del Hierro en Asturias, que tiene en la diadema de Moñes uno de los máximos exponentes de la orfebrería castreña.

El documento, titulado "Orfebrería castreña en Piloña (Asturias), según la documentación del archivo del Museo Arqueológico Nacional", se publica con base a la correspondencia mantenida a principios del siglo XX entre el investigador José Ramón Mélida y el coleccionista asturiano Sebastián de Soto Cortés (propietario del palacio familiar cangués de Labra), cuya revisión permitiría añadir nuevos datos sobre los hallazgos de orfebrería de la Segunda Edad del Hierro en Asturias. En ella destaca la información aportada sobre los producidos en Villamayor, permitiendo documentar un conjunto hasta la fecha inédito y conocer mejor los primeros avatares y procedencia de las "diademas-cinturón" de Moñes, muy poco documentadas y cuyos fragmentos se encuentran en el Arqueológico de Madrid, en el Musée des Antiquités Nationales de Saint Germain-en-Laye o en el Instituto de Valencia de Don Juan.

La primera información disponible sobre estos materiales se remite a dos colecciones privadas: una, la del juez vallisoletano Remigio Salomón y Fraile, y otra la de Sebastián de Soto Cortés (1833-1915), pero por el momento no se había aportado información contextual concluyente.

Aunque hasta la fecha no se han dado a conocer asentamientos castreños en Moñes, sí se han documentado en el entorno otros hallazgos arqueológicos que se suman a las referencias antiguas de la tradición oral. Entre los más recientes está el producido hace varias décadas de una terracota romana, interpretada como una cabeza de fauno en el caserío de El Xierru, a los que se sumarían otros como la estela de los Viroménigos localizada en la Casa Pastrana de Villamayor o bloques pétreos decorados con entrelazados que miembros de la Fundación Belenos documentario entre 2013 y 2014 en Antrialgu.