Trágica muerte la del ganadero Rubén Álvarez, vecino de Ceneya, en el concejo de Amieva. Murió ayer por la tarde despeñado cuando precisamente trataba de socorrer a unas ovejas de su rebaño que se habían quedado atrapadas en una canal de hierba en la vertical del Altu de les Palanques.

Álvarez, de 51 años de edad, era muy conocido y querido en la zona, donde se encargaba de gestionar las barracas de algunas fiestas de prau de Amieva, Ponga o Cangas de Onís.

El cuerpo sin vida del fallecido, que se encontraba acompañado por el hijo de una prima cuando tuvo lugar el accidente, fue recuperado por el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (Sepa) a bordo del helicóptero medicalizado del organismo autónomo en un lugar de difícil acceso. El equipo realizó una operación de grúa con la aeronave en la que se desplegaron 30 metros de cable.

El Centro de Coordinación de Emergencias del 112 de Asturias recibió el aviso a las 16.21 horas. En la llamada, realizada por la persona que acompañaba al ganadero, indicaban que Rubén Álvarez había caído desde gran altura y que desde donde se encontraba no podía vislumbrarlo. El suceso ocurrió en una zona a la que los vehículos rodados no tienen acceso, más allá de la central de Restañu, subiendo para la Jocica por el valle de Angón.

La sala 112 del Sepa pasó el aviso al Servicio de Atención Médica urgente (Samu) y movilizó al grupo de Rescate a bordo del helicóptero. Los profesionales localizaron al accidentado en una canal pasadas las 17.12 horas. Pero nada pudieron hacer por su vida, pues ya estaba muerto.

La Guardia Civil solicitó que el helicóptero del Sepa recogiese a un agente del Grupo de Rescate e Intervención en montaña de Cangas de Onís para recuperar el cuerpo efectuar los trámites judiciales pertinentes para el levantamiento del cadáver. Una vez se recibió la autorización, se procedió a evacuar el cadáver con el helicóptero, en la camilla, mediante una operación con la grúa de la aeronave. Los restos mortales del fallecido fueron evacuados a una pista en el Valle de Angón, lugar en el que permanecía su acompañante.

Los familiares y amigos de Álvarez no dejaban ayer de lamentar la tragedia y destacar la valentía del ganadero, quien se empeñó en rescatar a sus ovejas pese a que la zona es peligrosa, es muy escarpada y estos días tiene hielo.

Rubén Álvarez tenía una hija en edad escolar. En Amieva todos sus amigos y conocidos lloran la muerte de "un hombre bueno y trabajador".