Frases memorables de alumnos y profesores, las canciones que escuchan ahora los adolescentes riosellanos, imágenes y vídeos de cómo es la vida en el Instituto Avelina Cerra en enero de 2017... Esto es lo que encontrarán quienes en el año 2032 abran la cápsula del tiempo que esta comunidad educativa enterró ayer en el jardín del centro para celebrar los 25 años del centro.

Fue el momento más emotivo y participativo de los actos que inauguran estas bodas de plata. También se desplegó una pancarta diseñada para la ocasión y se plantó un texu.

Los delegados de cada grupo, desde primero de Secundaria hasta segundo de Bachiller, explicaron al resto del centro qué introducían en la cápsula del tiempo y por qué. Lucía Martínez, de primero de Secundaria, describió el interior del estuche que depositaron para el recuerdo, con "frases de varios compañeros, las tijeras de María y unos pañuelos de la 'Patrulla canina' con historia".

Cartas, lápices digitales de memoria, agendas repletas de anécdotas, horarios de clase e incluso actas de notas sorprenderán, sin duda, a los alumnos que dentro de quince años extraigan la caja que ayer introdujo en la arqueta el alumno Toto Stefan Bar, quien aseguró estar "muy ilusionado" por protagonizar un momento tan especial. Los "avelinenses", como los propios estudiantes se bautizaron, quisieron destacar la asignatura de Filosofía "porque en el futuro no se estudiará", expuso la estudiante de segundo de Bachillerato, quien introdujo en la cápsula un examen de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de esta materia. Daniel Velasco, igualmente en último curso, realizó una exposición que arrancó carcajadas y aplausos. Olga Posada, por su parte, deseó que "dentro de quince años haya un mundo más justo para todos", tras lo cual la directora del centro, Myriam Pando, se confesó emocionada de escuchar a sus alumnos y adelantó un momento "aún más emocionante dentro de quince años", cuando afloren los deseos y los sueños de los estudiantes. También de los profesores, que introdujeron un libro diseñado para la ocasión con fotografías de todos los grupos.

Para concluir, alumnos y profesores plantaron un texu en el mismo jardín donde se enterró la cápsula. Durante el curso realizarán una exposición de fotografías antiguas, una mesa redonda de exalumnos y exprofesores, y una comida de reencuentro.