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"El Moli" lleva el Sella en las venas

Manuel García Sanfeliz mantiene la tradición familiar de la pesca del salmón, una afición heredada de su abuelo paterno, el famoso Manolo "el Molineru"

Manuel García Sanfeliz, con un salmón recién pescado. J. M. C.

De tal palo, tal astilla. Manuel García Sanfeliz continúa fiel a la pesca del salmón en las cuencas continentales del Principado de Asturias, siguiendo la estela de su abuelo paterno, Manuel García Cibrián -fallecido a los 92 años de edad, en noviembre de 2014-, más conocido por Manolo "el Molineru", quien estaba considerado como uno de los "grandes" del Sella, toda una leyenda del arte de esa actividad tradicional. Además, su padre, Manuel García Marcos, lo mismo que su tío Kiko, todos ellos de la saga de "los Molineros", son de lo mejorcito en la pesca fluvial, leyendas vivas en todo cuanto rodea al salmón en Asturias.

Manuel García Sanfeliz, motejado cariñosamente como "Manolín, el Moli", tiene 31 años y es un apasionado de la pesca fluvial, sobre todo en el típico río Sella. Sus inicios con la caña de pescar y el señuelo se remontan a cuando tenía apenas 8 años, en el pozo "El Capitán", localizado al pie de la casa de sus abuelos, en Vega los Caseros (Parres). Prendió un truchón de un kilogramo de peso, en aguas del río Sella. "Me quitó mi güelu la caña porque no podía. Era grande y pesaba muchu", rememora sobre lo acontecido en aquella fructífera jornada de pesca con la inestimable ayuda del abuelo Manuel García Cibrián.

Como dato anecdótico, en la temporada de 1954 se pescaron en el Sella 2.871, de los cuales, 85, fueron capturados por Manuel García Cibrián, cuyo mote de "el Molineru", le venía del molino que tenían sus progenitores -Manuel García Suárez y Balbina Cibrián Miyares-, en el núcleo rural de Llanu Margolles, en término municipal de Cangas de Onís. La afición por la pesca de García Cibrián arrancó con 10 años, momento en que cogió la caña de su padre -bisabuelo de Manolín- y se fue a echar unas varadas al pozo de "La Requexada" , en el Sella, para acabar sacando un salmón de nueve kilos.

Sin duda, buen maestro tuvo Manolín García, quien lleva alrededor de medio centenar de salmones pescados. El primero lo sacó también en "El Capitán", a los 14 años, y pesó 2,700 kilogramos. La pasión por el mundillo de la pesca propició que, tras cursar el Bachillerato en el Colegio Loyola, en Oviedo, se decantase por estudiar el ciclo formativo de grado superior de Recursos Naturales en el Instituto de Luces. Su objetivo, en un principio, era opositar a guarda de Medio Ambiente del Principado de Asturias, pero los plazos de las convocatorias le jugaron una mala pasada. Aún más, había hecho prácticas en la guardería del Parque Nacional de los Picos de Europa y también en la de Medio Ambiente -uno de sus cometidos era el precinto de salmones en "El Gordo", en la cuenca del Sella-.

Desde hace trece temporadas veraniegas se encarga de las tareas de recepción de visitantes y turistas en el camping de Sotu Cangues, desde junio hasta septiembre. También cuenta en su currílucum laboral con el curso de seguridad privada y con otro curso de guarda de campo para cotos de caza, habiendo desarrollado este último cometido durante medio año en el coto "El Portal", en Villaviciosa, y otros tantos meses en el coto que gestiona "La Parraguesa", en términos municipales de Parres y Cangas de Onís. Y es que la actividad cinegética también le apasiona, igual que a su padre, Manuel -diez jabalíes abatidos en la presente campaña- y a su tío, Kiko García Marcos.

Con diecisiete años, Manolín García ya formaba parte de la cuadrilla capitaneada por Ramsés Martínez, edad en la que logró cazar un par de jabalíes, uno en Següencu (Cangas de Onís) y otro en Oseja de Sajambre (León). La excepción a la regla es la actual temporada, en la que únicamente salió de montería el 29 de enero, saldada con un ejemplar pasaportado en Libardón, en la Reserva del Sueve. Pese a llevar más de medio centenar de "cerdos salvajes" cazados en su dilatada trayectoria deportiva, la disciplina del fútbol-sala (juega de pivote en el San Antonio FS, en la 1ª División Preferente) le apartó, momentáneamente, del monte.

Por cierto, centrados en el fútbol-sala, Manolín García Sanfeliz atesora buenos números como atacante y definidor en el conjunto del San Antonio Futsal de Cangas de Onís: 16 goles en Segunda División; otros 16 en Primera División; y tan solo 3 en lo que va de la presente competición liguera, difícil y dura Primera División Preferente. Sufridor del Sporting de Gijón e hincha del todopoderoso Barça, el Moli no esconde sus colores. Ahora bien, a un lado el pequeño esférico o el rifle de caza, uno de sus sueños es intentar capturar "el campanu" del río Sella, algo que hicieron también su abuelo, su padre y su tío.

"Me hace muchísima ilusión sacar 'el campanu' por la tradición que tiene para los que somos ribereños. Además, el dinero que pagan por él también ayuda", aseveró Manolín, quien en alguna que otra ocasión presta sus conocimientos a algunos de los buenos amigos que llegan desde otras comunidades autónomas a practicar su deporte favorito en los cotos y lances salmoneros del Sella, caso, por ejemplo, el del empresario vallisoletano Jesús Llorente de Coca, al que le suele acompañar como guía de pesca -actual figura del otrora "gancheru"- cada vez que se acerca por estos lares astures. "El que se haya adelantado a la apertura de la temporada de pesca un par de semanas es algo importante", sentencia.

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