División de opiniones. La mayoría de los ganaderos y tratantes de Piloña apoyan el cambio de ubicación de la Feria de Santa Teresa, que abandona la céntrica plaza del Ganáu de Infiesto para instalarse en terrenos más espaciosos junto a la piscifactoría del río Espinaréu. Pero la mayoría de los hosteleros rechaza el cambio.

El Ayuntamiento apostó por este emplazamiento después de que el Principado alertara de problemas de seguridad y bienestar animal, una medida que algunos hosteleros como Joaquín Diego califican de "puñalada trapera de los políticos al concejo". Diego, que regenta la cafetería Alpaca, situada junto a la plaza del Ganáu, defiende que el cambio provocará un descenso de visitantes en el centro de la villa, que se traducirá en un grave perjuicio económico para los empresarios locales. "Para paliar la falta de espacio en la plaza de Ganáu se podrían haber barajado otras fórmulas, como poner amarres en la calle paralela al lado del río -en el Paseo del Sol- donde caben decenas de reses", explicó. "La medida pone en riesgo a los pequeños negocios. Se demuestra poca ambición comercial", añadió.

Su opinión la compartía el dueño del mesón La Plaza, Jesús Barrera. "No veo razonable el cambio de ubicación. Si se llevan la Feria fuera de Infiesto nos va a perjudicar a los s hosteleros pues eran días en que teníamos el bar lleno desde primera hora y los ganaderos ya no pararán aquí", indicó. Barrera es partidario de impulsar actividades culturales o de ocio nocturno (que hasta ahora se emplazaban junto al colegio) en la plaza del Ganáu para contrarrestar las pérdidas. "A ver si por lo menos ponen las orquestas y los conciertos aquí para compensar", propuso.

En la misma línea se expresó María Terán, que regenta la cervecería Maybe, ubicada frente a la plaza del Ganáu. "El traslado nos perjudica y mucho", afirmó tajante la hostelera, que propuso para atajar la falta de espacio del recinto ferial medidas como la limitación de cabezas de ganado. "Podrían hacer un tope por ganadero porque muchas veces pasa que uno trae doscientas y otro sólo dos y así se equilibra", afirmó.

Menos beligerante se mostró David Sánchez, propietario del café Ramsés, emplazado en la calle Covadonga. "Como hostelero creo que me perjudica que se saque del núcleo central la Feria de Santa Teresa, aunque como vecino puedo llegar a entenderlo, pues el espacio se estaba empezando a quedar pequeño para acoger tantas reses", dijo. "Estamos un poco a la expectativa a ver lo que pasa y tenemos algo de miedo de que repercuta negativamente", explicó. Sánchez apostó por impulsar actividades como demostraciones rurales en la plaza del Ganáu para atraer al público al centro durante los días de la Feria y del Concurso-exposición regional de ganado vacuno que se celebra en octubre en Infiesto. Otra de sus propuestas es poner en marcha algún medio de transporte como un trenecito para unir el centro con la piscifactoría, donde a partir de ahora se desarrollará el evento, que en la última edición congregó en la capital piloñesa a mil cabezas de ganado.

Los comerciantes de Piloña también mostraron sus reticencias hacia la nueva ubicación. Fue el caso de Emilio Tomás, que trabaja en la Cooperativa de Agricultores de Infiesto, ubicada en la plaza del Ganáu. "Nos perjudica porque la gente aparcará en El Orrín y por ahí y luego irá con el coche a otra parte, sin llegar a entrar a Infiesto", justificó. "Los ganaderos tienen sitio de sobra en la plaza. Lo mejor sería que siguieran ahí y que los tratantes, que mueven más reses, hagan sus negocios a las afueras", argumentó.

Otros, como Conchita García, que regenta la mercería Lazos en la calle Covadonga, hicieron un llamamiento para no caer en el pesimismo. "Veo razonable que saquen la Feria por falta de espacio y en principio no creo que nos perjudique porque mientras se mantenga el mercadillo en la calle principal seguirá habiendo gente", razonó.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Piloña, Ramón Luis Cueto, dio el visto bueno al traslado del evento a terrenos de la piscifactoría del río Espinaréu. "Era necesario y me parece bien que se haga porque no se estaban cumpliendo los parámetros de seguridad y bienestar animal. A veces había tanta gente en la carpa de la plaza del Ganáu que era insoportable y no se podía ni entrar", subrayó. "No conozco personalmente los terrenos de la piscifactoría pero el Alcalde me comentó que eran mucho más amplios y pueden ser una oportunidad para seguir creciendo", señaló Cueto.

Su opinión la compartía Armando Gutiérrez, presidente de la Asociación de Ganaderos del Monte Cayón. "Los veterinarios de la Consejería llevaban años poniendo reparos por la falta de espacio y podía suponer un problema a la hora de entregar a los animales pues con tanta gente a los camiones les costaba entrar a la plaza a descargar y cargar el ganado y ya no había amarres suficientes para tantas reses", apuntó. "Reconozco que para los hosteleros puede ser una faena, aunque calculo que el 70 por ciento de las personas que bajan a la Feria a dar una vuelta no entraban a la plaza del Ganáu", explicó Gutiérrez, que aventura que los nuevos requisitos para solicitar ayudas europeas fortalecen las ferias de otoño como la de Infiesto.

Los mayores tratantes de Piloña como Juan Carlos Arenas también defendieron la nueva ubicación. "Se podrá cargar mejor el ganado y lucirá más al contar con más espacio"; una opinión que no compartía el dueño de Transportes Sito, que barrunta que la estrechez de la carretera de Espinaréu que da acceso a la nueva ubicación de la Feria de Santa Teresa puede dificultar el tránsito de camiones.