Varios fragmentos de farola se desplomaron ayer en el casco histórico de Lastres, causando alarma entre los vecinos pero sin dejar daños personales ni materiales, más allá de las propias luminarias.

El estruendo que provocó la caída del material desde la altura a la que están colocadas hizo que más de un vecino pensara que se había caído un andamio u otro elemento de mayores dimensiones, pero enseguida comprobaron que eran las farolas, en el centro de la polémica local desde que hace pocas semanas comenzó la renovación del alumbrado público.

El suceso, que motivó el desplazamiento de agentes de la Policía Local y de personal técnico para evaluar lo ocurrido, se suma al intenso malestar vecinal que hay en la villa marinera con el asunto.

Los comentarios acerca de que "no se ve nada" y que la calle está "prácticamente a oscuras" se suceden junto a los relatos de quienes necesitan tirar de la linterna del teléfono móvil para moverse "con seguridad" por las calles por la noche.

Las quejas comenzaron a raíz de la sustitución de prácticamente todas las luminarias de la villa marinera por placas de led que, a juicio de muchos vecinos, no se han adaptado bien a la estructura de las farolas que han alumbrado hasta ahora.

Los lastrinos describen cómo la proyección de la luz se merma en gran medida por el soporte y piden que se solucione esta cuestión, además de que se pongan "más puntos de luz".

El alcalde de Colunga, el socialista Rogelio Pando, explicó al surgir las críticas que el nuevo alumbrado público "está en pruebas", por lo que la actual configuración "no es definitiva" y recibirá mañana a una representación de vecinos para tratar el asunto.