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Llanes clama por que reabran las taquillas de la estación de autobuses

Los usuarios critican la ausencia de información y denuncian los problemas de los mayores con la máquina expendedora

Llanes clama por que reabran las taquillas de la estación de autobuses

Llanes clama por la reapertura de las taquillas de la estación de autobuses y por el regreso de una persona que despache billetes y también ofrezca información, un servicio que dejó de ofrecerse el 1 de noviembre. Un cartel situado en la estación ofrece a los viajeros la posibilidad de sacar el billete en una cafetería situada en la calle Pidal, y otra opción es la máquina expendedora junto a los andenes. Pero los viajeros consideran absurda esta situación, existiendo una estación.

La compañía Alsa alega que la manera de atender a los clientes en Llanes es la misma que ofrecen otras compañías de transporte y responde a una realidad del mercado. Además, matizan que la atención personalizada se ofrece en una cafetería a 100 metros de la estación, o a través de los conductores de los autobuses.

María Izquierdo Rojo utiliza el autobús con asiduidad para desplazarse entre Llanes y Madrid. "Me parece muy mal esta situación. Todo Llanes, de manera directa o indirecta, estamos afectados, pues contamos con una estación hermosa que está cerrada", critica. La situación, en su opinión, hace que muchos viajeros estén desorientados. Dice que muchos son reticentes a utilizar las máquinas expendedoras por miedo a que les traguen el dinero y no poder reclamar a ningún empleado. "Mucha gente mayor ni tan siquiera lo intenta", asegura.

Según Izquierdo, "parece increíble que en un sitio como Llanes no haya un servicio de despacho de billetes. No me cabe en la cabeza que Alsa, por un puesto de trabajo, nos deje empantanados. Es un grave error", explica. Esta usuaria ya se ha quejado a Alsa vía correo electrónico. Dice también que en otras estaciones donde es habitual sacar el billete a través de máquinas hay cerca un empleado de la empresa para ayudar.

De la misma opinión es Pepe Corao, habitual del trayecto en autobús entre Llanes y Oviedo. "Me encuentro todos los días con la sala de espera y los baños cerrados", protesta. Asegura que la compañía se debió interesar, por lo menos, en poner una persona junto a la máquina para enseñar a funcionar con ella a los usuarios. "Un bar no está para dar los billetes de Alsa, está para otra cosa", recalca el usuario, que cree indispensable sacar rendimiento a las instalaciones con una persona que, además de despachar billetes, ofrezca información a la gente que está de paso. "Es una pena tener estas instalaciones y no utilizarlas", sentencia. Corao viaja con una tarjeta de la compañía que recarga en una librería situada a un kilómetro de la estación.

Cipriano Bravo Noriega, "Pano", usa el Alsa, sobre todo, "para ir de médicos a Oviedo". Hasta noviembre sacaba los billetes en la taquilla. "Veo mal y ni tan siquiera he probado suerte con la máquina", dice. En ocasiones ha tenido que pedir el favor de que le saquen el billete otros viajeros con los que ha coincidido en la estación. "Para las personas mayores este es un problema muy grande", confiesa.

Gijón y Oviedo son los destinos más habituales a los que va Mercedes Villar Haces. "La máquina, directamente, no la utilizo. Una vez la usé y no me aceptaba el billete, y otra vez me tuvieron que ayudar unos chicos", recuerda. Villar no se arriesga y saca el billete en la cafetería de la calle Pidal. Sostiene que Llanes se merece un despacho en la estación. "Los mayores no nos arreglamos con las máquinas. Además, con la máquina no se me aplica el descuento por ser mayor de 60 años", explica.

Carlos Rueda, por su parte, cree que la ausencia de atención personalizada en Llanes es perjudicial para la imagen del concejo a nivel turístico. "En las taquillas debería haber una persona", defiende. En muchas ocasiones ha tenido que ayudar a personas mayores a sacar el billete en la máquina. "Por el verano vendrá gente de fuera que no sepa donde está la cafetería donde se despachan los billetes ni podrán informarse. He visto a muchos viajeros despistados por este motivo", dice.

El vendedor de la ONCE Luis Fernández Sánchez tiene un 77 por ciento de minusvalía por problemas visuales. "No me arreglo con la máquina y no me parece bien que tenga que ir a cien metros de la estación a sacar el billete, por no hablar de la falta de información", opina. Ha puesto una queja por escrito. "Espero que de manera inminente se restablezca el servicio tal y como estaba. Es triste y una falta de respeto a los viajeros que en un lugar como Llanes pase esto. En alguna ocasión he desistido de sacar el billete en la máquina y he terminado viajando en tren", asegura.

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