Dejar de lado instrumentos como el espirómetro para aprender a tocar otros como el violín. Ese es el reto del médico del centro de salud de Cangas de Onís José Miguel Liaño Lamamie de Clairac, que ayer recibió en el hospital de Arriondas un homenaje por su trayectoria. Como él, otros cuatro trabajadores del área sanitaria VI, que incluye a los 14 municipios del oriente de Asturias, jubilados en el último año, fueron reconocidos por su buen hacer profesional. Son: Manuel Colinas Salas, Arturo Francisco Ezquerro Aguinaga, María Pilar Toro Ramos y Rafael Senén Pérez Rodríguez, este último jefe del servicio de mantenimiento del área que no pudo acudir a la cita por incompatibilidad de agenda.

Los cinco homenajeados en Arriondas afrontan la nueva etapa vital con optimismo. Es el caso del leonés Manuel Colinas, que hace cinco meses dejó su trabajo como enfermero en el consultorio de Alles (Peñamellera Alta) en el que llevaba desarrollando su labor durante los últimos 38 años. "Primero había estado en el hospital clínico de Madrid y el cambio fue grande pero gratificante. Mi hijo nació aquí y me siento parte de este entorno", señaló el enfermero, que planea invertir el tiempo de la jubilación en viajes y distintas actividades sociales.

Por su parte, Liaño , que también aprovechará para desarrollar su afición por la fotografía, empezó a trabajar en el consultorio de Amieva, quedó prendado de la belleza de la región y ya nunca más quiso dejar Asturias, siendo médico durante 24 años en Cangas de Onís, hasta su jubilación, el pasado noviembre.

El médico del centro de salud de Ribadesella, Arturo Francisco Ezquerro, también se mostró "encantado" con esta nueva etapa, que empleará disfrutando del bricolaje, el deporte y la lectura. Este navarro desarrolló su trayectoria personal en Huesca y Granada, aunque durante los últimos 34 años se asentó en la villa marinera. Su compañera María Pilar Toro, que hasta su jubilación en febrero de 2016 trabajó como fisioterapeuta en el centro de salud riosellano, también se mostró emocionada con el reconocimiento. Toro nació en Cáceres aunque desarrolló su carrera profesional en Madrid antes de trasladarse a Llanes, donde trabajó durante un año. Hace casi una década le surgió la oportunidad de ocupar la plaza de fisioterapeuta en Ribadesella, que hasta entonces no existía en el centro de salud local, motivo por el que los usuarios tenían que trasladarse a Posada. "Las prestaciones sanitarias van adaptándose a los nuevos tiempos y veo bien que los usuarios se movilicen y defiendan sus prestaciones", señaló la homenajeada.

Familiares, amigos y profesionales del área sanitaria VI se acercaron ayer al salón de actos del hospital del oriente de Asturias para arropar a los cinco homenajeados. A la cita tampoco faltó el nuevo equipo directivo, con la gerente Margarita Pendás a la cabeza, que tuvo palabras de agradecimiento para todos ellos.