Los colores y sabores del Carnaval restallaron ayer en la comarca con la celebración de fiestas antroxeras para los más pequeños. En Ribadesella la carpa ubicada en la plaza Nueva se quedó pequeña para dar cabida a todos los niños que acudieron a disfrutar de los hinchables, los juegos, la música y el espectáculo que precedieron a la gran chocolatada.

La fiesta riosellana prosiguió, para nada resentida por la amenaza de lluvia ni por la resaca del Carnaval del día anterior, que no dejó más que buenas sensaciones. Tras la celebración infantil salió una comitiva adulta para enterrar a la sardina, quien recorrió los últimos metros de su desdichada vida acompañada de les plañideres. La quema de la figura dejó paso a otra tradición, los fuegos artificiales que se tiraron desde la rampa del muelle y que pusieron punto y final al Antroxu en el concejo riosellano.

En Colunga también la plaza de abastos se llenó de pequeños antroxeros, ansiosos de carcajadas con el mago Antonio Moreno, quien actuó antes del grupo de participación infantil local. A continuación disfrutaron de una chocolatada con churros preparada por la asociación de amas de casa del concejo. El Antroxu adulto se celebrará en Colunga el día 1 de abril.