El representante de las asociaciones ecologistas asturianas en el patronato del parque nacional de los Picos de Europa, Javier Naves, exigió ayer a la dirección del espacio protegido "medidas excepcionales de carácter urgente" contra la aparición de siete lobos muertos exhibidos públicamente en diferentes puntos del Oriente en el último año. Según Naves, estas actuaciones muestran "odio, violencia y ensañamiento" hacia los animales y pretenden "infundir miedo e inquietud social, enviando un claro mensaje de amenaza". En opinión de los colectivos a los que representa, los hechos van "más allá de unas meras actuaciones furtivas" y su "gravedad" requiere "una respuesta social" y que no se queden "sin ninguna consecuencia".

Naves pide al parque nacional que deje "clara" la condena de estos actos, que "no pueden ni deben formar parte ni como argumentos ni como excusa en legítimas y democráticas desavenencias en lo que es o debe ser la gestión o conservación de la especie". Por ello, solicita al parque nacional que denuncie los hechos ante la Fiscalía y la Guardia Civil, "buscando la adecuada tipificación de los delitos y la dedicación de recursos materiales y humanos necesarios para esclarecer los hechos".

Programas de control

Demanda asimismo la paralización de todas las resoluciones y programas de control de la especie hasta que se evalúe el efecto demográfico, ecológico y en materia de comportamiento de los hechos sobre los grupos de lobos del parque y hasta que se garantice que la situación original ha sido restituida. Para lograr esta petición ve necesaria la identificación genética de los animales abatidos y determinar sus relaciones familiares con los grupos de lobos del parque.

Más demandas: la elaboración de un protocolo de emergencia para estos casos que incluya, entre otras cuestiones, la suspensión temporal de resoluciones y programas de control de la especie, tal como se contempla en la legislación cinegética en casos de envenenamiento o graves alteraciones de las condicione faunísticas.

Según Naves, estas propuestas deben de entenderse en el contexto de la actual "situación de emergencia" y han de tener, por lo tanto, "carácter temporal". Añade que no significan la renuncia por parte de los grupos conservacionistas a la defensa de planteamientos de gestión o conservación de la población de lobos ajenos a los actuales "programas de control".