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El mal estado de las edificaciones avala el cierre de la finca de Bedón, según Cultura

La Consejería descarta reclamar el paso hacia la iglesia románica al no existir "un propietario o poseedor reconocido legalmente al que dirigirse"

Dos peregrinos, ayer, a la entrada de la finca de San Antolín de Bedón, con la iglesia al fondo. EMILIO G. CEA

El cierre por parte de la propiedad de la finca de San Antolín de Bedón, en Llanes, y la consiguiente imposibilidad de acceder a la iglesia románica del mismo nombre (declarada bien de interés cultural y monumento nacional), ha recibido el aval de la comisión permanente del Consejo de Patrimonio Cultural. Este organismo, dependiente de la Consejería de Cultura, aprobó el pasado día 3 un dictamen en el que señaló que no estima conveniente que se permita el paso a los viandantes hasta la iglesia "en tanto no se garantice la seguridad y el ornato de los inmuebles que rodean al templo". Ello porque su mal estado "podría ocasionar severos daños a las personas", añade el dictamen.

Patrimonio Cultural resalta asimismo que autorizó el año pasado la ejecución de obras de consolidación para uno de los inmuebles de Bedón, y ha instado al Ayuntamiento de Llanes a que exija que se acometan "las mínimas obras de consolidación para garantizar la estabilidad, la seguridad y el ornato del resto de los edificios del conjunto".

Aquella autorización de Patrimonio Cultural implicó el cierre de la finca por parte de la propiedad. Un cierre duramente criticado tanto por el grupo "Amigos de San Antolín de Bedón", como por otros ciudadanos y por el Ayuntamiento de Llanes, que han alertado sobre la supuesta intención de los dueños de la finca de hacerse también con la titularidad de una iglesia que consideran un bien vacante y, por lo tanto, propiedad del Estado. Pese a que hace varios meses que ya no se ejecutan obras en el entorno del monumento románico llanisco, la finca se mantiene cerrada y el paso prohibido "por motivos de seguridad", lo que ha llevado a la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL) a solicitar judicialmente su apertura y una servidumbre de paso, al considerar que el acceso a la iglesia, del siglo XIII y que en su día formó parte de un conjunto monacal, siempre fue público y libre.

Patrimonio Cultural también descarta solicitar el paso libre hasta la iglesia. "Para reclamar el paso a través de la supuesta servidumbre esta Consejería debería ostentar la titularidad sobre el templo, lo cual no es el caso", señala el jefe del servicio de Patrimonio Cultural, Enrique Escudero Fernández, en un escrito de contestación a Covadonga Rodríguez Sanz, integrante del grupo "Amigos de San Antolín de Bedón", quien se había interesado ya en octubre pasado tanto por el cierre de la finca como por la prohibición de acceder a la iglesia, situada en terrenos de Bricia, aunque adscrita durante siglos al pueblo de Naves.

Patrimonio Cultural descarta asimismo establecer un régimen de acceso a la iglesia, pese a que es bien de interés cultural desde 1985 y aparece en múltiple documentación del Principado vinculada al Camino de Santiago, que discurre a escasos metros. La razón por la que Cultura descarta establecer un régimen de acceso al monumento es que no existe "un propietario o poseedor reconocido legalmente al que dirigirse y convenir los términos de la visita pública".

Patrimonio Cultural no prevé modificar esta postura hasta que se resuelva el expediente de dominio. En este sentido, subraya en el escrito dirigido a Covadonga Rodríguez que la Consejería de Cultura está "en contacto con la Administración del Estado para que se tramite la titularidad de la iglesia como bien vacante.

El principal escollo para lograr que la Administración central asuma la titularidad de la iglesia -como señalan todos los documentos de propiedad existentes- es que ya descartó hace años esta posibilidad por consejo del abogado del Estado. Ello a pesar de que existen documentos que señalan que la iglesia perteneció al Estado, ya que fue desamortizada junto con la finca de Bedón, de la que entonces formaba parte, en 1820. Pese a que se anunció la subasta de todo el lote, finalmente, el Estado el resto de la finca, pero no la iglesia.

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