En Onís gustan las bodas. El concejo tiene la mayor tasa de nupcialidad de Asturias, doblando incluso la media regional. Así lo confirma un estudio de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), que para realizar el cálculo tuvo en cuenta el número de matrimonios celebrados en el año 2015 por cada mil habitantes. En Onís -con menos de 800 habitantes y seis bodas festejadas- el índice fue ese año de 7,86, frente a los 3,31 registrados de media en el Principado.

Los lugareños achacan el resultado del estudio, que sitúa a Villanueva de Oscos y Yermes y Tameza en el segundo y tercer lugar del ranking respectivamente, a que los onienses son "románticos por naturaleza".

Así lo corrobora José Ángel García, que ese año contrajo matrimonio con Marta Llanes aunque optó por dar el "sí, quiero" en la basílica de Covadonga en vez de en la iglesia de Benia. "Desde siempre tuve claro que quería casarme joven y tener familia pronto", explica este vecino de Benia de 28 años de edad. "El dato me sorprende, aunque yo creo que en parte se explica porque la forma de pensar y de relacionarse en los sitios pequeños es más familiar y se mantienen más los valores tradicionales como el del matrimonio", reflexiona.

Su hermana, Melania García, también tiene previsto pasar por el altar. Lo hará el próximo 6 de mayo y de la mano del toledano Alberto González. "Sí que es verdad que para los pocos que somos hay muchos enlaces. Aquí hay cantera y muchas parejas jóvenes están optando por establecerse aquí. Una boda siempre llama a otra boda", incide.

Las buenas infraestructuras para acoger un banquete, como el Hotel María Manuela, y el entorno natural de gran riqueza paisajística y donde se respira tranquilidad fueron los motivos elegidos por la canguesa Sheila Moyera para desposarse en Benia de Onís en mayo del año pasado. "Yo me casé por lo civil, pero tengo que reconocer que el entorno de la iglesia de Santa Eulalia es precioso. Mi madre era de Avín y su prima la dueña del restaurante. Por eso y porque queríamos algo discreto optamos por Onís", señala.

A sus 27 años, y tras más de una década de cortejo, la oniense Alba Rodríguez también pasará por la vicaría el próximo 23 de septiembre. "Mis amigas dicen que soy muy tradicional, pero yo siempre tuve la ilusión de casarme en la iglesia de Benia, como mis padres, porque es muy guapa y porque me gusta conservar las costumbres", apunta.

La vecina Adriana Niembro también justifica la elevada tasa de nupcialidad "por el arraigo que existe en los pueblos pequeños hacia las tradiciones, que hacen que la gente joven mantenga la costumbre de formalizar sus relaciones pasando por el altar", explica. Esta logopeda contrajo matrimonio en la iglesia oniense en el año 2012 con el llanisco Servando Taladriz y a sus 29 años ya es madre de una niña de ocho meses.

Nacimientos como este son muy esperados en la comarca oriental, que registra índices negativos de crecimiento vegetativo. Así, en concejos como Amieva sólo nació una criatura en el año 2015, un periodo en el que se registraron en la zona un total de 17 fallecimientos. Además, la edad media de la maternidad sigue subiendo, y ya está en los 33 años.

Lugareños como Carmen Vera tampoco tuvieron alergia a pasar por el altar en una época en que los pocos que oficializan su relación lo hacen a través de una ceremonia civil. Esta vecina de Benia se encuentra entre el 28% de asturianos que optó por el rito religioso cuando el pasado 26 de noviembre se vistió de blanco para unirse al sierense Martín Martínez. Vera opina que las estadísticas "aunque no dejan de ser muy curiosas, están desvirtuadas. Como somos tan pocos vecinos con que haya cuatro bodas ya se disparan los datos", defiende. "Onís cuenta con una población envejecida, aunque es verdad que los pocos jóvenes que hay siempre se animan a casarse", observa.

El estudio de Sadei señala que en 2015 se celebraron en Asturias 3.537 matrimonios, 10 menos que el año anterior, de los que 54 fueron entre personas del mismo sexo.