El traslado de la Ferias de Santa Teresa desde la céntrica plaza del Ganáu a terrenos de la piscifactoría de Infiesto ha sentado como un jarro de agua fría a los hosteleros y comerciantes, que ayer se reunieron con las autoridades locales en el Ayuntamiento para buscar alternativas para que el número de visitantes no decaiga en el centro de la villa durante esos días. El cambio de ubicación llega después de que la Consejería alertara de problemas de seguridad y bienestar animal por el creciente número de reses que cada año registran las Ferias.

Los participantes abogaron por potenciar los eventos nocturnos en la plaza del Ganáu el viernes 13 de octubre o en la Milla Internacional, evento deportivo que se recupera tras una década de parón y que será el 14 de octubre, siempre que la Federación de Atletismo dé el visto bueno. Los asistentes reclamaron actuaciones "de nivel" en las noches del fin de semana del Festival de la Avellana y que por problemas de logística que plantea la limpieza e instalación de infraestructuras para los cosechadores se reducirán al viernes, 29 de septiembre. Las actividades de ocio nocturno fueron realizadas en los últimos años con éxito por la asociación de comerciantes locales (Coservi) aunque este año será el Consistorio el que tome las riendas de la programación. El alcalde, Iván Allende, anunció la intención de sacar a concurso público la instalación de una barraca, después de que hosteleros y comerciantes apuntaran que la presencia de las mismas ayudaría a dinamizar las fiestas y frenaría los botellones.

Los asistentes reclamaron, entre otras cosas, la puesta en marcha de un tren turístico para que quienes visiten el centro puedan trasladarse con comodidad a la piscifactoría para ver la Feria. Otras de las propuestas mejor recibidas fue la de fomentar actividades diurnas como exhibiciones rurales en la plaza del Ganáu.