Los trabajos para mejorar el abastecimiento de aguas de Avín, en Onís, se contratarán este año y contarán con un presupuesto de 125.139,40 euros. Esos fueron algunos de los datos que reveló ayer la Consejera de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, durante su visita a las obras de la depuradora de Benia de Onís que, antes del otoño de 2018, entrará en funcionamiento para tratar los vertidos de aguas residuales de las localidades de Benia, Talaveru y Villar.

La infraestructura de abastecimiento de Avín tiene más de treinta años de antigüedad y por eso el departamento de Fernández se comprometió a licitar la obra, que contará con un plazo de ejecución de 10 meses, a más tardar este verano. El proyecto se encuentra desde el 6 de marzo en fase de información pública.

Durante su visita a Onís, la Consejera adelantó que este mismo mes entrarán en funcionamiento las depuradoras de aguas residuales de Panes y de Arenas de Cabrales, construidas por el Principado (en 2011 y 2013, respectivamente) con una inversión de 2.295.477 euros en el caso de Panes y de 3.386.637 euros en el de Cabrales. Para ello ha sido necesario que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) finalizase los colectores del río Deva que recoge los núcleos de Colosía, Panes, Siejo y Cimiano y los colectores del río Casaño entre Arenas y Poo. Quedaría una segunda fase, la que discurre entre Poo y Carreña, pendiente de que CHC desarrolle y licite el proyecto, según explicó el director general de Calidad Ambiental, Manuel Gutiérrez. Y es que las obras se ejecutan sobre la base a un protocolo general de colaboración firmado en 2007 con el Ministerio de Medio Ambiente, que también tendría pendiente la segunda fase del saneamiento del valle de San Jorge, en Llanes, que afecta a la parroquia de Pría.

En cuanto a la depuradora de Benia, el ingeniero director del proyecto, Javier Rodrigo, indicó que la planta está dimensionada para incorporar en el futuro los núcleos de Avín y Sirviella. La EDAR se ubicará cerca de las instalaciones del Centro del Quebrantahuesos, en una antigua área recreativa que será reubicada detrás de dichas instalaciones, junto al río. El alcalde, José Manuel Abeledo (PSOE), valoró el proyecto, que permite acabar con el vertido de aguas sucias al río Güeña y con los malos olores.