El concejo de Llanes tiene siete núcleos urbanos -la capital del concejo, Posada, Nueva, Celoriu, Barru, Niembru y Poo- y más de cien rurales, según señala el estudio del paisaje elaborado para servir de base al futuro plan general de ordenación de Llanes y al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA. El informe, elaborado por la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha costado 21.780 euros y asume algunos postulados del último planeamiento urbanístico que aprobó inicialmente en solitario el PSOE y que fue desechado en 2015 por el actual gobierno cuatripartito municipal, que integran Foro, Vecinos x Llanes, PP e IU. No obstante, el documento afea los "pronunciamientos retóricos y generalistas" del plan socialista, desaconseja los "crecimientos especulativos" y apuesta por la recuperación y la mejora del paisaje local.

El denominado "Estudio y estrategia de paisaje para la definición del modelo territorial del concejo de Llanes lanza propuestas novedosas, centradas en la conservación y la "activación del patrimonio paisajístico", como "uno de los elementos de mayor valor y potencialidad del concejo". Entre los aspectos que el informe del paisaje asume de anteriores planeamientos municipales (todos ellos anulados por los jueces) destaca el que se refiere a los núcleos urbanos, pues a los tres tradicionales, Llanes, Posada y Nueva, añade como aquellos otros cuatro, Celoriu, Barru, Niembru y Poo. En algunos puntos el informe parece basado en el anterior planeamiento; por ejemplo, cuando señala que desde el punto de vista funcional, junto a la villa de Llanes, "existen otro siete núcleos, en origen rurales pero de características urbanas en la actualidad". El planeamiento desechado en 2015 defendía la misma idea: incluía ocho núcleos urbanos, los siete ya citados y San Roque. En el nuevo documento se mantiene la referencia a ocho núcleos urbanos, pero, quizá por error, solo se citan siete.

Más coincidencias con los anteriores planeamientos socialistas: el estudio del paisaje destaca que el concejo puede dividirse en cuatro "subsistemas": el occidental, apoyado en el núcleo de Nueva; el centro-occidental, articulado por el núcleo de Posada; el centro-oriental, articulado por la capital del concejo; y el oriental, que "no cuenta con ningún núcleo principal o de características urbanas". Y añade el documento: "junto a esos núcleos principales articuladores hoy del sistema urbano del concejo, tienen también la consideración de urbanos, desde el punto de vista del planeamiento urbanístico, los de Celoriu, Poo, Niembru y Barru". La consideración de estos cuatro núcleos como urbanos generó la presentación de decenas de alegaciones durante el período de información pública del planeamiento anterior.

Cientos de vecinos alegaron entonces que Celoriu, Barru, Niembru y Poo (junto con San Roque) son núcleos rurales, pues no cuentan con todos los servicios básicos que exige la normativa vigente para ser considerados urbanos y tampoco están imbricados en "mallas urbanas", como exige la ley.

El estudio de la UAM señala que en el concejo existen cinco diferentes "tipos de paisaje" (altas sierras y valles de la divisoria del Cuera, rasas y marinas, sierras medias prelitorales, sierras planas y valles) y añade un sexto apartado referido a "paisajes singulares" que no pueden incluirse por sus características en ninguno de los anteriores (desfiladero del río las Cabras, desembocadura del río Bedón, sumidero y ensenada del río Purón y cuestas del Monte, Caballu y Picu Castiellu). A su vez, esos tipos de paisaje se dividen en 31 "unidades de paisaje". En la versión del estudio a la que ha tenido acceso este periódico, que consta de 99 páginas, los dos primeros tipos paisajes (sierra del Cuera y rasas y marinas) y sus respectivas unidades de paisaje (11 en total) no aparecen estudiados en detalle, por lo que tampoco se indican las propuestas para el futuro plan general. Es en ellas, sobre todo en las marinas, donde se concentra la mayor parte de la población y las expectativas y controversias urbanísticas.

El estudio propone diseñar una estrategia con directrices de ordenación, actuación y gestión del paisaje que garanticen "la protección y puesta en valor de tan importante activo cultural y ambiental colectivo", teniendo como base el Convenio Europeo del Paisaje (CEP) del Consejo de Europa. El informe aboga por la participación social para favorecer una "democracia territorial más participativa", "un proceso de empoderamiento local" y "la implicación activa de los actores y la sociedad local".