La playa de Cuevas del Mar será acondicionada por el Ayuntamiento de Llanes si los vecinos así lo demandan. Así lo avanzó ayer el edil de Playas, Javier Ardines (IU), quien participó en la limpieza que "Iniciativas Oceánicas" convocó en todo el planeta. Los retenes del concejo llanisco partieron de tres arenales: Barru, Toró y Cuevas del Mar, donde cada verano hay polémica por la retirada de arena, la presencia de cantos rodados y los problemas con el tráfico.

"Si el pueblo lo demanda volveremos a acondicionar la playa, pidiendo los permisos correspondientes como ya hicimos el año pasado", explicó Ardines antes de detallar cómo sería el proceso: "se hace con maquinaria municipal, que además no supone un coste económico elevado. Cogemos arena de la zona intermareal y la depositamos en la zona de baños para que esté en condiciones óptimas", añadió el edil. A su juicio, esta intervención merece la pena por la repercusión que tiene el estado de la playa en la hostelería y el sector turístico y por el "uso general".

Ardines lamentó que "haya gente que entienda que las piedras tienen la misma situación que el lince ibérico" en alusión a las críticas vertidas por geólogos y otros colectivos hacia la intervención en la playa. El responsable de los arenales llaniscos añadió que "no se saca nada el entorno marino" y achacó la polémica a que "son las primeras" intervenciones de este tipo que se practican en la región, que comparó con el Mediterráneo, donde es más frecuente por la importancia, apuntó, que dan al sector turístico. Otro de los puntos calientes de la playa de Cuevas del Mar es el tráfico, como apuntó el alcalde pedáneo, Lucio Carriles, partidario de prohibir el acceso rodado a la playa a partir del túnel.

"Es una gran reivindicación que tenemos", remarcó el representante vecinal. Esta medida estaba incluida en el proyecto de aparcamiento que el Principado denegó al Ayuntamiento de Llanes el año pasado y que se completaba con un aparcamiento en una finca próxima y una pasarela peatonal para agilizar la conexión con la playa, que los voluntarios encontraron ayer algo más limpia que otros años.

Ataviados con guantes y bolsas de basura, los voluntarios (entre los que destacó la pequeña Sophie de la Cal) recogieron toda la basura que encontraron a su paso, "de menor tamaño que lo que había el año pasado", explicó Carriles antes de anunciar que en mayo repetirán la recogida de madera que ya hicieron en 2016, cuando extrajeron de la playa cinco toneladas de restos. El peso se debía, sobre todo, a piezas de enorme tamaño que arrastra la marea hasta el arenal. Buena parte viene de lo que el río Sella arrastra hacia el mar. El Ereba, más limpio que otros años, también hace su aportación.