El plan piloto para erradicar los chiringuitos no autorizados de las orillas del río Sella arrancó ayer de forma oficial con un único establecimiento ilegal localizado por las fuerzas del orden. Fue en Ribadesella, donde se denunció un puesto que funcionaba sin licencia y sin garantías sanitarias. El dispositivo se mantendrá durante, al menos, toda las vacaciones de Semana Santa.

Los policías locales de Cangas de Onís, Parres y Ribadesella que trabajaron por primera vez de forma coordinada con otros organismos como el Seprona, tenían órdenes de desmantelar todos los negocios sin licencia, incautar su mercancía y abrir un expediente sancionador contra los infractores, que acostumbran a instalarse en zonas como el pedrero del pozo Remolina.

El jefe de la Policía Local de Parres, José Ramón Fabián, cree que la ausencia de chiringuitos ilegales en ese concejo se debe a que el anuncio por parte de las administraciones de ejercer presión de forma continuada "echó para atrás a los que se dedican a estas actividades". La Policía Local de Parres ya realizó controles preventivos durante el fin de semana sin que se detectara ningún chiringuito irregular, según explicó el alcalde del concejo, Emilio Manuel García Longo. "Seguiremos actuando con contundencia", adelantó el regidor.

Longo subrayó la necesidad de acabar con esta mala práctica porque daña la imagen de turismo de calidad que las administraciones desean potenciar y pone en peligro la seguridad de los consumidores puesto que los productos ofrecidos en estos negocios no pasarían ningún tipo de control sanitario.