El albergue municipal de Pintueles volverá a abrir sus puertas en verano tras más de tres años en desuso. El Ayuntamiento de Piloña concluyó estos días la redacción del pliego de condiciones para arrendar las instalaciones, que cuentan con 30 plazas. El Consistorio ya anunció en febrero del año pasado su intención de poner el albergue en alquiler pero la ejecución de unas obras para acabar con humedades y mejorar el interior retrasaron el proyecto hasta ahora.

Los interesados en pujar por el negocio deben hacer una oferta de 1.500 euros anuales, que es el precio mínimo fijado por un estudio económico municipal. A petición de la junta vecinal, el documento refleja obligaciones como el de mantener abierto el servicio de bar-restaurante del centro al menos 20 horas a la semana, según explicó el alcalde, el socialista Iván Allende. El contrato de explotación del albergue sería por dos años, a renovar por otros dos más, pero de uno en uno.

El albergue, ubicado en las antiguas escuelas de Pintueles, se distribuye en planta baja, primera y bajocubierta y cuenta con una superficie de 550 metros cuadrados. En la planta baja se encuentra la recepción, la sala polivalente, el bar-comedor, la cocina, despensa y aseos. En la primera planta hay habitaciones de cuatro camas distribuidas en dos literas y un baño por cada tres habitaciones mientras que el bajo cubierta tiene capacidad para alojar a 15 personas.

El local se encuentra íntegramente equipado tanto en sus zonas comunes como en los dormitorios, con excepción del menaje de cocina, la ropa de cama y las toallas.