"Increíble" o "espectacular" fueron sólo algunos de los adjetivos más repetidos por el público que ayer se acercó a la iglesia parroquial de Infiesto para disfrutar de la representación de la Última Cena de Jesús. Tras la reproducción de un audiovisual que sirvió a los asistentes para contextualizar las escenas que vendrían después, aparecieron los apóstoles y fueron presentados por el narrador Manuel Eloy. El primero en aparecer en escena fue Juan y le siguieron Andrés, Pedro, Felipe, Bartolomé, los dos Santiagos, Simón, Mateo, Tomás, Judas Tadeo y Judas Iscariote. Este último entró contando su traición al Mesías por treinta monedas de plata. Jesús, encarnado una vez más por el vecino Manuel Castañedo, lavó con mimo los pies de los apóstoles, salvando la resistencia de Pedro. Uno de los momentos más emocionantes fue cuando el Nazareno convirtió el pan y el vino de la cena en sacramento de su amor.

La actuación se trasladó después a una abarrotada plaza Mayor, donde tuvo lugar, entre varios efectos especiales como humos, la oración en el huerto de los olivos. "Los actores lo hacen de diez, cada año se superan", apuntaron asistentes como la naveta Carmen Díaz. Los actos continúan hoy, a las seis, con el vía crucis viviente.