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Las "supervacas" pastan en Parres

"No las cambio por nada", dice José Luis Vega de sus reses blonde de Aquitania: carne sin grasa, buena genética y partos fáciles

José Luis Vega, con alguna de sus vacas blonde de Aquitania, en San Martín de Bada. CRISTINA CORTE

Unas "supervacas" que no dan problemas en el manejo ni a la hora del parto y que encima son muy nobles. Eso es lo que asegura tener en sus fincas de San Martín de Bada José Luis Vega Martínez. El ganadero parragués cría desde hace siete años reses de la raza francesa blonde de Aquitania y asegura que no las cambia "por nada". Cuando Vega heredó la explotación de su padre, tras la jubilación de este, por su cuadra corrían ejemplares de la raza limusina y asturiana de los valles. "Las primeras son buenas pero torpes, y las segundas daban algún problema al parir. Así que cuando vi en un concurso nacional de Salamanca la blonde de Aquitania decidí probar. Traje un macho y seis hembras y hasta hoy, que cuento con unas cuarenta", explica.

"Son buenas para carne porque tienen poca grasa y de ellas se sacan canales grandes, pero yo casi todo lo que vendo es para vida porque la raza está generando interés en la región, donde hasta ahora sólo había tres ganaderos con carta, uno en Villaviciosa, otro en Llanes y yo", señala. Al parragués llegaron a ofrecerle 5.500 euros por un ejemplar en la feria de Corao, en Cangas de Onís, pero declinó la operación porque en el fondo le daba pena deshacerse de sus animales. "Las quieren porque dan buen cruce para tener xatos con razas como la asturiana de los valles. Tengo algunas aquí que en siete años parieron seis veces", cuenta sobre estas vacas caracterizadas por sus grandes dimensiones y su piel de color trigueño claro. Dos de sus ejemplares, "Katia" y "Karlota", de año y medio de edad, acaban de ser requeridas en una exposición de Zamora en la que se dan cita los ganados más selectos de todo el país. "Llaman mucho la atención. La clave es una buena genética y cuidarlas con mimo", asegura el parragués que, a pesar de la demanda, no planea aumentar la explotación "porque necesitan espacio y si no, no estarían tan a gusto. De momento me da para vivir, creo que tienen futuro y no me quejo porque para mí esto no es un sacrificio, puedo decir con orgullo que hice de mi trabajo mi pasión", concluye.

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