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Piloña, cultura de cine

Un músico y un documentalista, ambos con raíces en el concejo, impulsan una productora para crear un fondo audiovisual etnográfico local

Pedro Martínez, ayer, en su casa de Areñes. C. CORTE

Con pocos recursos pero muchas ganas de trabajar en la recuperación del patrimonio etnográfico de Piloña. Así acaban de poner en marcha el documentalista José Constantino García y el músico Pedro Martínez la productora "Pilonnya". El proyecto será presentado en las escuelas de Areñes de Belonciu el próximo 13 de mayo, a partir de las doce y media del mediodía, coincidiendo con la celebración de un encuentro poético y musical.

"La idea es que todo el que tenga una idea venga para transmitírnosla. La iniciativa es sin ánimo de lucro y está enfocada a la elaboración de un fondo audiovisual del concejo", explica Martínez. "Todo esto no sería posible sin el apoyo de la asociación Ríu Fontoria de Areñes, a la que queremos mostrar todo nuestro agradecimiento", matiza el músico, que aprendió a tocar más de una decena de instrumentos de forma autodidacta.

Los últimos elaboradores de madreñes de Piloña o los artesanos que aún hoy recuerdan cómo se hace un angazo o un carro del país serán, con casi toda probabilidad, los protagonistas de los primeros audiovisuales. Los espectáculos culturales o la gastronomía serán otros de los contenidos a desarrollar en futuras etapas que los llevarán a recorrer palmo a palmo cada rincón de Piloña. "Sería como hacer microespacios que recojan la cultura y los oficios en desaparición", cuenta Martínez, que hace un par de años se instaló en su casa paterna de Areñes.

La hazaña de crear un fondo audiovisual piloñés no es baladí si se tiene en cuenta que los productores parten de cero, con poco más que una cámara en alta definición. "Lo ideal sería tener una más profesional, con trípode y micrófonos de corbata. En cuanto tengamos lo básico empezaremos a funcionar", explican. "Aunque sabemos que el esfuerzo es casi quijotesco, no pensamos rendirnos en la recuperación de la tradición, la música y, en definitiva, de la cultura que nos están quitando con tantos recortes económicos muchos políticos", esgrimen.

Los impulsores de "Pilonnya" comenzaron a dar forma a la idea de crear una productora hace justo un mes, a raíz de un encuentro casual. "Un amigo de infancia que vive en Ferreros me presentó a Martínez y me habló de sus dotes musicales, pues ya había donado un disco enteramente compuesto por él a la asociación Ríu Fontoria. Le pedí que me compusiera la música para parte de la trilogía que estoy elaborando sobre memoria histórica, llamada 'Huellas de Sangre', y ahí surgió la química porque los dos tenemos raíces piloñesas e inquietudes culturales", señala García, cuya familia materna vivió muchos años en el pueblo de Cardes. El documentalista gijonés cuenta con experiencia en el sector pues ya trabajó en programas de la televisión autonómica como "Miradas de Asturias".

Además, su primer capítulo de la trilogía "Huellas de Sangre", titulado "La cárcel de Laviana y el cuartel de Rioseco" y basado en el padecimiento de las mujeres represaliadas durante la Guerra Civil, ya ha visto la luz y cuenta con buenas críticas. A éste se sumará un segundo titulado "Guardianes de la Memoria", que hace hincapié en los desaparecidos del conflicto fratricida, y un tercero, al que Martínez pondrá la banda sonora y que narra, no por casualidad, la historia del batallón 232.

"Le tengo cariño porque es la historia de mi abuelo paterno Ramón Constantino, que lideraba el grupo republicano, de cien hombres, que desaparecieron entre la peña del Viento y la Pica de la Quemaona, en Redes (Caso) en octubre de 1937 y fueron quemados", afirma el documentalista, que con la trilogía busca conseguir financiación para poner un monolito en la majada de Brañagallones en recuerdo de la tropa.

La intención de los dos creadores de la productora "Pylonnya" es la de construir en Piloña, a largo plazo, un museo etnográfico que albergue, entre otras cosas, el material audiovisual grabado por la productora. "Queremos dejar muy claro que el proyecto no persigue otro fin que la defensa de la cultura. No buscamos enriquecernos. Y en el mismo tienen cabida todas las historias y todas las personas por encima de ideales políticos. Nadie estará vetado", concluyen.

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