El coronel de Caballería retirado Arturo Gurriarán Granados no tiene una máquina del tiempo, pero ayer consiguió que los alumnos de Bachillerato del Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís retrocedieran hasta 1974, fecha en que junto a varios compañeros fundó Unión Militar Democrática (UMD), una organización clandestina antifranquista que se autodisolvió tras las elecciones democráticas de junio de 1977. Sin pelos en la lengua, el ponente relató a los estudiantes cómo se formó la UCD, cómo sus miembros fueron represaliados y cuál era su ideario. "Aunque el servicio de información franquista tenía una lista tremenda, en realidad sólo formábamos parte activa unas doscientas personas por todo el país", contó Gurriarán, que llegó a ser encarcelado y desterrado a Fuerteventura por defender ideales democráticos. "Cuando llegó la Transición la sociedad civil nos trató bien, pero el gobierno no estuvo a la altura", lamentó.

Gurriarán contó cómo un grupo de personas con estudios universitarios, la mayoría hijos de militares, empezaron a denunciar la poca operatividad del Ejército, "muy burocratizado y dedicado al control de la población civil". Con un ideario que apostaba por las libertades individuales, de opinión, prensa o asociación e influenciados por la revolución militar de los claveles de abril de 1974 que acabó con la dictadura en Portugal empezaron a tomar contacto con distintos líderes políticos comunistas y hasta con el padre del Rey Juan Carlos para avanzar hacia la libertad y el pluralismo en España. Gurriarán, que estuvo acompañado por Ana Gutiérrez, de "Tertulias en Llanes", contestó sin excepción a todas las preguntas de los alumnos, que le obsequiaron con una insignia. Después fue recibido con honores por el alcalde en el Ayuntamiento de Parres.