Lo han conseguido. Ayer quedó constatado que, gracias a la unión de los vecinos de todo el concejo, Infiesto ha recuperado la magia de la parte festiva que rodea al descenso del río Piloña. Una imponente marea de color en la que participaron cientos de personas y en la que no faltaron tritones de todas edades y carrozas recorrió las calles de la capital del municipio piloñés minutos antes de que los deportistas empezasen a palear.

"Vale la pena apostar por esta fiesta para que recupere su auge", aseguró Rosalía Miguélez, disfrazada junto a un grupo de amigos de bañistas de los años veinte. Fredi Peri, Rafael Migoya y Rubén Blanco acudieron al descenso junto a sus familias, con trajes de tritones y majorettes. "Es la fiesta más prestosa del año", señalaron minutos antes de que comenzase el desfile. Blanco vivió con intensidad la jornada, pues por la mañana tomó parte en el descenso popular. "Es un día de diez y encima el tiempo, tras unos años de lluvia, nos acompaña", señaló.

"Los tritonitos" fueron muy aplaudidos durante el desfile, así como los jóvenes piragüistas de Coya, al frente de los cuales estaba la presidenta del colectivo El Roblón de Coya, Mar Martino. "Es una folixa tremenda y espectacular", señaló mientras, altavoz en mano, dirigía las coreografías y las proclamas.

En el ámbito deportivo, el cangués Luis Amado Pérez, de la Sociedad Cultural y Deportiva de Ribadesella, cruzó en primer lugar la línea de meta de Sevares con un tiempo de 54 minutos y 21 segundos. El escaso caudal del río fue un suplicio para los 90 participantes. El segundo y tercer lugar del podio lo ocuparon, respectivamente, Jesús Rodríguez del conjunto Fluvial o Barco, de la localidad orensana de Barco de Valdeorras, y Pedro Gutiérrez, del Oviedo Kayak. En la prueba femenina se impuso Arda Colina, del Piragüismo Colindres, de Cantabria, seguida de María Cañedo, del Club Kayak Siero, y de Valeria Perea, de Jaire Aventura.

La fiesta en Infiesto, terminado el desfile y la prueba deportiva, se prolongó hasta altas de la madrugada.