La alarma ha saltado en Llanes: el futuro de los recolectores de ocle está en el aire. Así lo afirman ellos mismos, tras revelar el Gobierno del Principado que autorizará este año el arranque de algas con barcos, algo que, en su opinión, arrasará los fondos marinos donde crece el ocle y solo favorecerá "a las multinacionales y a las fábricas".

Los recolectores llaniscos han alertado sobre las "graves consecuencias" que acarrearía permitir el arranque de los campos de algas, pues unas 120 familias llaniscas viven directamente de la recolección del ocle que sale a tierra, más las que dependen de forma indirecta de esta actividad. Y en todos aquellos lugares en los que se ha autorizado el arranque con barcos los campos de ocle han quedado "arrasados" y la recolección en las playas "se ha terminado", aseguran.

Los recolectores parecen dispuestos a todo. Incluso a repetir las movilizaciones del sector que hace unos treinta años obligaron al Principado a dar marcha atrás en sus planes de autorizar el arranque de algas en Llanes. Entonces quedó prohibido el arranque de algas en la zona oriental. La prohibición ha durado hasta ahora, pero todo indica que se levantará este año.

Los campos de ocle de Llanes, sin tocar desde hace más de 30 años, son "los más productivos de Asturias". De ahí que las multinacionales hayan puesto sus ojos en ellos. "La Consejería nos dice que el arranque solo nos afectará en un dos o un tres por ciento, pero eso es lo que dicen los políticos. Son solo palabras basadas en informes que no sabemos de dónde salen y que contradicen los de otros expertos, que afirman que el arranque destruye los campos de ocle", señaló ayer un recolector local.

Los recolectores llaniscos temen que todo esté ya "apañado". Saben, de hecho, que alguna multinacional ya ha contratado a algunos barcos que arrancarán las algas durante los meses de julio y agosto, "justo cuando crían los peces, los centollos... Ellos alquilan un barco, pagan dos sueldos y a dos submarinistas y sacan un dineral. Cada barco saca 50.000 kilos de ocle en seco, lo que para nosotros supondría 100.000 euros, pero así pagan 20.000. Se ahorran 80.000 euros y 10.000 de IVA. Negocio redondo", señaló el recolector consultado.

"Hay muchos intereses económicos y al final los perjudicados seremos los de siempre, los probinos", indicó el profesional, que resaltó que en aquellos lugares en los que se ha permitido el arranque "ya no llega ocle a las playas, sólo 'rabos', una especie leñosa que no sirve para nada y hay que tirar". En Cantabria, por ejemplo, "se han destruido 400 puestos de trabajo", añadió.