"No perseguimos a los autocaravanistas, solo buscamos ordenar el aparcamiento de este tipo de vehículos en el núcleo urbano de Llanes", señaló ayer el concejal Juan Carlos Armas. El edil del cuatripartito gobernante recordó que es competencia de los ayuntamientos regular los aparcamientos en las zonas urbanas. La ordenanza municipal llanisca señala dónde pueden aparcar las autocaravanas (oficialmente solo en el parking de La Talá y su entorno). De momento las restricciones al aparcamiento de autocaravanas se aplica únicamente en la villa de Llanes. El Ayuntamiento ha tramitado en solo 5 días más de 15 propuestas de sanción a otros tantos autocaravanistas.

Armas reveló que acampar 24 horas en el parking de La Talá, con 19 plazas y que costó 180.000 euros, cuesta a los autocaravanistas 3 euros, y que, desde su apertura, el pasado 31 de marzo, la instalación a tenido una acogida excelente. Según sus cuentas, 240 autocaravanistas hicieron uso de las instalaciones y del servicio de aguas residuales, vaciado de aguas negras y recogida de agua del 31 de marzo al 24 de abril.

La gestión de las aguas, según la empresa de mantenimiento del parking, ha supuesto la recogida de entre 25.000 y 30.000 litros. "Antes no teníamos conocimiento de a dónde iban estas aguas, y tampoco teníamos ningún control", pero con el parking "garantizamos la salubridad y evitamos vertidos indeseables". Según el edil, regular el aparcamiento de las autocaravanas era "una necesidad". Armas anunció la mejora de la información a los usuarios y, en función de los resultados de la próxima temporada veraniega, se estudiará la posibilidad de crear nuevas zonas de parking para estos vehículos. Armas admitió que este es un sector "en alza", con un crecimiento "imparable" en toda Europa.