Casi tres décadas después resucitan en Llanes los fantasmas de la bautizada como la "guerra del ocle". Los recolectores de algas de arribazón, durante una reunión mantenida ayer con miembros del equipo de gobierno llanisco en la Casa de la Cultura, no descartaron salir a la calle y repetir las movilizaciones que tuvieron lugar en 1988, cuando, en pleno mes de agosto, bloquearon con sus tractores las entradas a Llanes. El objetivo es el mismo: impedir que la Dirección General de Pesca dé luz verde a que se puedan arrancar algas con ayuda de buzos y barcos en la costa llanisca.

Más de cincuenta personas participaron en el encuentro, convocado por el cuatripartito. Eran mayoría los recolectores. "Estamos con un sector que es parte muy importante para la economía de Llanes pero es un asunto que decidirá la Dirección General de Pesca", dijo el regidor llanisco, Enrique Riestra. A la reunión acudieron también tres marineros que optan a beneficiarse del arranque. Ninguno era de la Cofradía de Llanes.

Los recolectores creen que se trata de un "asunto político". "Si la gente se moviliza, aquí no habrá arranque ni ahora ni en cincuenta años", exclamó Andrés Carreño, jubilado del ocle y participante en la movilizaciones de hace 29 años. "El sistema más sostenible y natural para sacar el ocle es la recogida en las playas. Si se cortase de manera sostenible podíamos vivir todos, pero sabemos que no va a ser así", dijo una oclero. Otro veterano del sector apuntó que fue el entonces alcalde de Llanes Antonio Trevín quien paró hace tres decenios los planes del Principado para autorizar el arranque. "El Ayuntamiento de Llanes debe hacer lo mismo ahora", añadió. "Yo no tengo los 'amiguinos' que tiene Trevín", contesto con sorna Riestra. El regidor trasladará mañana a Pesca lo hablado en la Casa de Cultura y solicitará una reunión urgente para tratar el asunto en un encuentro en el que quiere que estén presentes representantes de los recolectores, de los intermediarios y de los marineros.