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El valle de Caldueñu en tres mil palabras

El etnógrafo llanisco Ramón Sordo Sotres recopila en su último libro el vocabulario de esa zona interior del concejo tras 30 años de investigación

Ramón Sordo Sotres con su nuevo libro. EMILIO G. CEA

El etnógrafo llanisco y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Ramón Sordo Sotres no cesa en su empeño por recuperar y salvaguardar las palabras propias de las diferentes parroquias de Llanes y enriquecer la cultura local. Su último trabajo ha dado como resultado "Palabras de Caldueñu (Llanes)", publicación editada por él mismo en la colección El Jogueru. Se trata del vigésimo primer libro del investigador. La recopilación de datos para dar forma a este libro comenzó en 1986 y ha contado con la colaboración, en forma de testimonio, de aproximadamente 130 personas. "Pese a ser una parroquia pequeña se conservan muy bien palabras antiguas", señaló Sordo Sotres. Muchas de ellas siguen aún en boca de los lugareños. "Ha sido un trabajo de mucho tiempo preguntando y repasando. Empecé a recopilar información en el año 1986 y durante los últimos cuatro años me he ocupado en cuerpo y alma a ello", apuntó.

En las 301 páginas del vocabulario aparecen palabras como "chamorgal", un occidentalismo utilizado para describir a un terreno con lodo o barro. Destaca Sotres el gran número de palabras recopiladas con xe, alrededor de una treintena, como, por ejemplo, xinta, para referirse a la comida que se consume al mediodía. Es destacable también las entre veinte y treinta palabras utilizadas en esta parte del concejo llanisco para diferenciar los diferentes tipos de manzanas. "Catar" para referirse al ordeño de las vacas, "panocha" como variante de "panoya" (mazorca) o "neverina" para nombrar al avefría (Vanellus vanellus) son otras de las palabras recopiladas. Muchas siguen vivas y su utilización esmucho más habitual de que podría parecer.

Sostiene Sordo que buena parte de ellas se pueden escuchar todos los martes en el mercado semanal de Llanes. "Caldueñu es, junto a Vibañu, la zona del concejo donde mejor se conserva este tipo de vocabulario. De las 3.000 palabras de este libro se conservan prácticamente todas, cosa que no ocurre en otras parroquias", resalta.

La mayor dificultad para dar forma a esta publicación ha sido, además del ingente trabajo de campo, ordenar alfabéticamente todas las palabras y dar un formato adecuado a la obra. "Mucha de la gente con la que hablé para hacer este libro ya no está", señaló. Para el historiador llanisco publicaciones como esta son un importante legado para generaciones venideras. "Cada parroquia debería tener un libro como este", apuntó. Sostiene que Llanes es uno de los municipios de la península con más palabras publicadas gracias, entre otras personas, a Rogelia Martínez, Gumersindo Laverde, Salvador Blanco, Rosa López o Antonio Pascual, entre otros.

Sordo Sotres ya tiene en mente un nuevo reto: un libro de testimonios, historias y palabras sobre los concejos de Llanes, Cabrales y las peñamelleras.

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