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Las cornejas destrozan un centenar de rollos de silo en Llames de Parres

"Nunca sucedió nada parecido", alertan los ganaderos, que piden compensaciones por daños y controles poblaciones del ave

María Anita Barredo muestra varios rollos de silo picoteados en su finca de Llames de Parres, ayer. CRISTINA CORTE

Las cornejas son la nueva amenaza de los ganaderos de Parres. Las aves han tomado por costumbre picotear los silos -rollos de forraje encintados con plástico- echándolos a perder. Su última incursión, no la única, se registró en Llames de Parres. Allí acabaron con 111 de las 149 bolas de "ray grass" o ballicu que había ensilado Francisco Cibrián para alimentar a sus vacas. Su indignación era ayer patente mientras esperaba a que los guardas hicieran balance de daños. "Nunca había sucedido nada parecido. Como mucho otros años podían picar dos o tres rollos pero esto es increíble y más teniendo en cuenta que los rollos estaban ubicados en prados diferentes. Puede ser porque haya superpoblación de cornejas", dijo.

El afectado dudó en un primer momento de si el ataque a su forraje había sido cometido por cuervos, en cuyo caso sería la consejería de Desarrollo Rural la responsable de abonar los pagos . Los guardas apuntaron que los causantes de las picaduras que echaron a perder los silos son cornejas y que por tanto las indemnizaciones corren a cargo del coto de caza La Parraguesa. Cibrián deberá ensilar los rollos con rapidez: "En cuanto se cuela el aire dentro de los rollos se echan a perder".

El ganadero estima que reponer el centenar de silos estropeados, para lo que se contrata a especialistas, tendrá un coste superior a los 700 euros, a unos siete euros la bola sin contar la mano de obra. Planea hacer en lo que queda de temporada unos 400 rollos para alimentar a sus 54 reses y teme que su forraje vuelva a echarse a perder si los ataques se repiten. "No queda otra que poner unos postes con una malla por encima para protegerlos, con los consiguientes costes que la infraestructura genera", relató el ganadero, que según su versión aún está pendiente de cobrar los daños provocados el año pasado por el tejón en unos 800 metros cuadrados de maíz. Su vecino Gaspar Llerandi también resultó afectado por el ataque de las cornejas el martes. "Me estropearon nueve de los cincuenta y cinco rollos que hice. Espero que tomen medidas pronto porque ahora llega la época de plantar maíz y por mucho que cerremos fincas volveremos a tener problema con las aves y también con los jabalíes", apuntó.

También ha habido denuncias de daños similares en Cuadroveña: "Es raro que piquen los silos de ballicu porque no se alimentan de ello. Lo más seguro es que estropearan los rollos pensando que dentro había maíz, un producto que sí forma parte de su dieta".

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