La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Turno", ganadero convencido

"Si volviera a nacer otra vez me gustaría dedicarme a lo mismo", dice Saturnino Gutiérrez, homenajeado por el campo asturiano en su jubilación

Saturnino Gutiérrez Romano "Turno", ayer con la placa y las vacas que su hijo tiene en una finca de Poo. EMILIO G. CEA

A Saturnino Gutiérrez Romano, más conocido como "Turno", le llueven estos días los reconocimientos tras toda una vida dedicada a la ganadería. Tras ser homenajeado el pasado fin de semana por la Asociación española de criadores de ganado vacuno selecto de la raza asturiana de la montaña (Aseamo) por su labor en defensa de este animal, el ganadero jubilado de la localidad llanisca de Porrúa recibirá el próximo 28 de mayo en Oviedo, con motivo de la feria de la Ascensión, otro reconocimiento por parte del campo asturiano.

"Turno" se crió entre vacas en su Porrúa natal. Fue su padre quien le dio los primeros consejos como ganadero. En 1974 , recién llegado de la mili, puso en marcha su propia explotación. "Mi padre me dio tres vacas y mi suegro otras dos, y con eso empecé. Al poco tiempo compré un rebaño de cuarenta y cinco ovejas de raza carranzana. No hay ninguna sensación como la tranquilidad que te da estar en el monte con los animales. Pasé muchos momentos felices como ganadero", explica.

El reconocimiento por parte de Aseamo, además de merecido, era algo que se veía venir tras formar parte de la junta directiva del colectivo durante tres lustros. "Es muy especial y estoy contento por ello", dice mientras posa con la placa que sus antiguos compañeros de profesión le entregaron el sábado en Infiesto con motivo del XXX Concurso nacional de la raza asturiana de la montaña.

Gutiérrez habla con pasión de su vida como ganadero. "Para mí es el mejor oficio. Si volviera a nacer me gustaría volver a dedicarme a ello", explica. Al mirar hacia atrás recuerda también momentos difíciles. "Empecé con las cinco vacas y el rebaño de ovejas y no tenía ni fincas ni cuadras ni nada, y tenía dos hijos que alimentar. Al principio lo pasé mal, pero no lo hubiera cambiado por otra cosa. Con la leche de las ovejas hacía quesos que vendía en el mercado de Llanes. Eso ahora es impensable", explica.

Sobre las casinas, la raza con la que tanto trabajó, solo tiene buenas palabras. "Para mí son las mejores vacas. Soy muy maternales y tienen una gran facilidad para el parto", dice. "Canario", un toro que tuvo durante ocho años adquirido al ganadero de Amieva José Díaz, y "Gallarra", vaca que crió y mantuvo en su explotación durante veintidós primaveras y con la que logró el primer premio que obtuvo en la feria de San Agustín de Avilés, son los animales que más recuerda.

El futuro del sector lo ve complicado. "Hoy en día es muy difícil empezar si no se heredan las vacas y la maquinaria de algún familiar. El futuro pasa por el control definitivo del lobo y por las quemas controladas", asegura.

Compartir el artículo

stats