El secreto de la eterna juventud reside en no enfadarse demasiado y tener en el plato siempre productos de la huerta. Lo dice María del Rosario Suero Soto, "la del Barriu Baxu", que hoy sopla cien velas en la localidad canguesa de Cabielles. Su consejo no es baladí si se tiene en cuenta que la mujer hace cada día su propia cama, siembra en su huerto con esmero -ajos, cebollas, pimientos y arbejos- y corta con sus propias manos los troncos con la que atiza su cocina de leña. "Hay que comer sano, con mucha verdura de casa y sin sulfatar", explica Suero, que incluye en su dieta "alguna llambionada", como chocolate y galletas, y no se priva ni de comer chorizo frito. "La trabajadora de ayuda a domicilio me toma la tensión una vez por semana y la tengo siempre perfecta", presume la centenaria, que sólo toma dos pastillas al día.

Entre las aficiones de Suero, soltera y sin hijos, está la lectura. "Soy ávida lectora de LA NUEVA ESPAÑA y de revistas, aunque paso poco tiempo sentada", matiza la mujer, que cuenta con la compañía de su perro "Toby" y de un gato llamado "Misi". La canguesa, que dedicó su vida a las labores del campo y a vender productos como manteca y huevos en el mercáu dominical, hace gala de una memoria prodigiosa: es capaz de describir con todo lujo de detalles acontecimientos históricos como la Guerra Civil, cuando los vecinos iban a esconderse de los aviones a una cueva cercana. La hija menor de Andrés Suero y Encarnación Soto, que sólo vio la playa una vez en su vida, celebrará el cumpleaños el sábado con una comida en Sotu Cangues.