Si Cabrales decidiese abandonar el parque nacional de los Picos de Europa, como podría suceder si el resultado de la consulta que se quiere promover fuera en ese sentido, "perdería bastante". Es la opinión que Rodrigo Suárez Robledano, codirector del organismo, manifestó en las jornadas "Un parque para vivirlo", organizadas ayer por Podemos Asturies en la Casa de Cultura de Cangas de Onís.

Suárez Robledano destacó que el parque "da mucho" a Cabrales y puso como ejemplos la recogida de basura en varios pueblos, las ayudas que otorga, el arreglo de caminos y de localidades como Bulnes. El codirector descartó posicionarse políticamente, pero remarcó que el parque nacional "es todo un referente, dentro y fuera de España" y, entre otros beneficios, atrae mucho turismo. Esta primera ponencia de la jornada llevó por título "Una visión retrospectiva: análisis histórico, antropológico y ecológico de los espacios protegidos" y contó con especialistas como David González, arqueólogo del Instituto de Ciencias del Patrimonio, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El experto (estudioso de las comunidades que poblaron la alta montaña del sector occidental del Cantábrico) defendió que la gestión de espacios naturales como el parque nacional de los Picos de Europa necesita tener en cuenta a las ciencias sociales, ya que "los seres humanos, las comunidades locales, han sido claves en la modulación de estos paisajes".

El científico ovetense quiso dar una "profundidad temporal" al estudio de la interacción entre el hombre y el paisaje, pues lo que se ve en la región "no es una imagen estática ni fija. No ha dejado de cambiar desde hace muchos milenios y no lo hará". Como ejemplo de una gestión que no tiene en cuenta a las comunidades locales, González proyectó una imagen del mirador del Fitu, enclavado en la sierra del Sueve, y enfatizó el "componente cultural" de todos los paisajes de alta montaña cantábrica.

Lo que pobladores y visitantes ven es "el resultado de la concatenación de actividades y procesos históricos protagonizados por familias campesinas desde hace varios milenios", describió el arqueólogo del CSIC , quien fijó el inicio del pastoreo en el Neolítico, hace unos 6.000 años. "Entonces había prácticas subsistenciales basadas en la ganadería, la tala de bosque para pastos y diferentes formas de cultivo. Se empieza a transformar el paisaje de forma duradera", apuntó el científico, que en su trabajo ha analizado factores como los depósitos de pólenes en lagos o tuberas para rastrear la "huella continuada de paleovegetación" que indica la "incidencia humana" de un determinado territorio.

En esta primera ponencia también intervino el escritor y biólogo Jaime Izquierdo, quien también rompió una lanza por que en la gestión se tengan en cuenta los aspectos culturales. La jornada también abordó las influencias de la PAC (Política Agraria Común) y el modelo francés de gestión del medio, que dio a conocer Iker Elosegi, coordinador de la Cámara Agraria del País Vasco. Hoy se realizará una visita a la quesería de cabrales de Maín y también a la cueva donde maduran el queso.