La plaza de la iglesia de Ribadesella se convirtió el fin de semana en una pequeña Sevilla con la Feria de abril que cinco hosteleros locales promovieron. El domingo fue el día de mayor afluencia, ya que a dos grupos riosellanos que estudian el típico baile andaluz durante el curso se sumaron varios de otros concejos, así como los integrantes del Coro Rociero "Hermandad del Principado de Asturias", que cantaron la misa del mediodía.

Las calles del entorno del templo parroquial, así como un tramo de la Gran Vía, se engalanaron para la ocasión y los establecimientos organizadores prepararon comidas y bebidas típicas del sur del país. El rebujito, el fino y el venenciado de manzanilla regaron la fiesta, y los asistentes disfrutaron con tapas propias de la comunidad andaluza: la tortilla de camarones, el jamón, los chopitos (calamares pequeños) y la ensaladilla. Del mismo modo, una carreta estuvo dando vueltas por el casco urbano de Ribadesella con las sevillanas, rematando el ambiente y el colorido.

No faltó, en ninguno de los establecimientos participantes, música apropiada al evento. Incluso El Bergantín apostó por el directo y contó con el guitarrista Francis Ligero, quien, acompañado a la percusión por Héctor Valentín, dejó boquiabiertos a los presentes con las rumbas, sevillanas y otros palos flamencos.

También se instalaron tablaos, aunque estas estructuras de madera a las que se suben los bailarines no dejaron satisfecho a todo el mundo. Estela Rosete, alumna de uno de los grupos locales de sevillanas, explicó que algunos "estaban llenos de agujeros y las tablas separadas. No se pudo bailar y la gente se caía", aunque no sucedió en todos los casos.

Aficionada a este tipo de eventos sevillanos, Rosete opinó que el riosellano sería suficiente "desde la hora del vermú del sábado y todo el domingo", prescindiendo del viernes. Con todo, la riosellana se mostró encantada con la Feria de abril y fue de las que ayer necesitaron poner los pies en alto de todo lo que bailaron. También deben haberlo necesitado los bailaores llegados desde Oviedo, Gijón y Mieres, entre otras procedencias.

Se notaron, por otra parte, los dos autobuses que se fletaron desde Gijón con destino a la feria de Jerez y que en ediciones anteriores no han faltado a Ribadesella.

Ribadesella cuenta en la actualidad con dos grupos de sevillanas: el que ensaya en el polideportivo de La Atalaya y el que lo hace en los salones de la Casa del Mar. Entre los dos reúnen unas cuarenta personas interesadas en este tipo de bailes y música en el concejo. Algunas de las alumnas echaron en falta, no obstante, la participación de más hosteleros locales en la feria.