"El Principado está permitiendo pescar peces sin saber si están contaminados y si son comestibles", alertó ayer Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies. Este colectivo reclamó a las autoridades autonómicas que vede la pesca en el Cares y el Deva, río abajo de Niserias, donde se registró el lunes el vertido de 30.000 litros de combustible.

"No se sabe nada, porque ni siquiera se han tomado muestras. Es sorprendente", resaltó Pontigo, quien destacó que en las orillas del Cares-Deva hay "muchos peces muertos. Y hay aún más que no se ven en el fondo", añadió. La Coordinadora criticó que no se haya adoptado "ninguna medida", pese a que las autoridades saben que el gasóleo "no es inocuo".

Una visión bien diferente manifestaron técnicos de la empresa encargada de la descontaminación, que aseguraron que el río está "bien". Junto al restaurante donde se registró el lunes el accidente que provocó la muerte de un camionero y el vertido de 30.000 litros de combustible, dos personas trabajaban recogiendo la arena que se echó tras el siniestro sobre el combustible. "El olor tardará varios días en irse. Hasta que llueva fuerte no se irá", destacaron.

En el centro de precintaje de Panes también se hablaba de "normalidad" y no había constancia de que ningún pescador hubiera renunciado a sus cotos tras el accidente, según destacó el agente del Medio Natural de la cuenca del Cares Manuel López. Este profesional sostiene que el cierre del río a la pesca por las consecuencias del accidente está descartado. "Está todo controlado prácticamente al cien por ciento. Lo que se ve en el cauce del río son pequeños restos del vertido", indicó.