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El principal centro asistencial de la comarca cumple veinte años

La larga lucha por un hospital público

Usuarios y trabajadores protagonizaron decenas de movilizaciones en favor de la integración del Grande Covián, a la que siempre se opuso el PSOE

Recogida de firmas de la plataforma de usuarios, el pasado mes de febrero, por la "insuficiente" financiación del hospital. RAMÓN DÍAZ

La integración del hospital del Oriente"Francisco Grande Covián" en la red sanitaria pública asturiana ha sido, además de un hito, una larga historia de lucha, protagonizada por los usuarios y los trabajadores, con el respaldo de IU y PP, cuya unión logró sacar adelante la ley que permitió equipararlo a los demás hospitales públicos de Asturias. Una integración que hubo de esperar a que el PSOE fuera desalojado del poder y que culminó el Ejecutivo de Foro. Fue una lucha desigual, que se prolongó durante más de un decenio, en la que usuarios y trabajadores se vieron obligados a pelear contra el Gobierno del Principado, cerrado en banda con su negativa a que el centro y, sobre todo, su plantilla se integraran en la red pública.

Antes, el PSOE sí había peleado porque estatal Instituto Nacional de la Salud (Insalud) construyera el hospital. Primero sus propios compañeros del Gobierno de Felipe González, y después el de José María Aznar, rechazaron la propuesta, al considerar que la comarca oriental no tenía población suficiente para contar con un hospital. La "ratio" pudo más que el interés general.

Los dirigentes socialistas apostaron por crear en 1995 una fundación privada, de la que formaron parte el Principado, el Ayuntamiento de Parres, la mancomunidad del Oriente, representantes del PSOE y el PP y cuatro patronos particulares (Zenayda Álvarez, Pedro Páramo, Diego Carcedo y Juan Antonio Pérez Simón). Y comenzó la construcción del hospital, con la idea de que el Insalud no se atrevería a "dejarlo tirado". Pero sí lo hizo. O casi, porque solo se comprometió, tras durísimas negociaciones, a aportar 1.400 millones de pesetas (8,4 millones de euros) al año. Muy poco, según casi todos.

Desde el primer momento se interpretó que la fundación provisional, un paso hacia un hospital público. Tras la apertura del centro, el 2 de junio de 1997, la plataforma de usuarios, encabezada por Agustín López Rivas, entendió que había que luchar por la integración "para que los ciudadanos del Oriente tuvieran los mismos derechos que el resto de los asturianos en materia de Sanidad", y empezó a movilizarse.

La primera gran manifestación en favor de la integración del Grande Covián en la red pública se celebró el 9 de noviembre de 2000. Ese día se juntaron en Arriondas unas 3.000 personas, según los cálculos de la Policía Local de Parres. Fue una de las mayores manifestaciones jamás registradas en la comarca. Los trabajadores completaron aquel "noviembre caliente" con varios paros: trabajaban más y cobraban menos que el resto de los empleados de la sanidad.

Con la transferencia de la Sanidad al Principado, usuarios y trabajadores reclamaron al Gobierno autonómico que hiciera lo mismo que se había reclamado al Insalud: asumir el hospital. Pero la respuesta también fue un no. La plataforma de usuarios convocó otras manifestaciones, todas ellas multitudinarias, y la plantilla, guiada por un comité de empresa muy combativo, siguió con sus reivindicaciones. Pero las autoridades asturianas nunca atendieron las demandas.

La fundación privada que regía el hospital se convirtió en pública en 2008. No era suficiente para IU, que reclamó en la Junta General la integración del hospital. El PP se adhirió a la petición y, tras muchas vicisitudes y una auténtica "guerra" política y sindical que se prolongó durante más de dos años, ambas formaciones vencieron al PSOE en el Parlamento y aprobaron la ley de integración del hospital y su plantilla en la red sanitaria pública asturiana, que se publicó el 19 de marzo de 2010, pero que no se hizo efectiva hasta febrero de 2012, con Foro al frente del Principado.

Los negros augurios del PSOE de que la integración quebrantaba la Constitución, era ilegal y provocaría cientos de recursos de trabajadores sanitarios no se cumplieron. Y el hospital fue público, aunque las reivindicaciones de los usuarios y los trabajadores para mejorar el centro y la atención aún continúan.

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