El ganado de la Montaña de Covadonga pasta desde ayer más seguro después de que casi doscientos ganaderos cerrasen pozos y garmes (despeñaderos). "Se hace una vez al año, en el mes de junio normalmente, porque con la seca, a últimos de julio o agosto, empieza a escasear la comida y para que no se metan en los sitios peligrosos", explicó el ganadero Francisco Alonso, de La Güera.

Repartidos en cuadrillas y armados con las piquetas de hierro y el alambre de espino que el Parque Nacional de los Picos de Europa les proporcionó, trabajaron desde las 9.00 de la mañana en Vegarredonda, La Rondiella, Ceñal, Enol, Pan de les Colines, Fana, Comeya, Narves, Espadañal, Las Llacerías, Orandi y Huesera.

Ayer fue el turno del concejo de Cangas de Onís, entidad que vigila que todos los ganaderos cumplan con esta obligación. Les da un recibo de la asistencia, un documento que necesitarán el próximo año para poder apuntar las vacas a los pastos otra vez. En caso de que alguno no pudiera acudir a esta primera convocatoria, el Ayuntamiento les fijará un día y también la tarea a realizar.