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Alimentos caseros bajo control en Cangas

Los vendedores de huevos, manteca y miel de casa en la plaza de los domingos, temerosos ante las inspecciones sanitarias de la Guardia Civil

Vendedores y público en la plaza dominical de Cangas de Onís. J. M. C.

De un tiempo a esta parte es habitual que agentes de la Guardia Civil se acerquen al mercado de los domingos de Cangas de Onís, para controlar ciertos alimentos que allí se venden con el sello de casero, como los huevos, la miel (sin precintar los tarros o envases) e incluso los derivados lácteos (mantecas y diversos tipos de quesos frescos o poco curados). Una práctica, por otra parte, de toda la vida y habitual en los mercados semanales de localidades y pueblos.

Algunas vendedoras y vendedores asiduos a la popular plaza -con gran tirón turístico- han sido advertidos de que deberían disponer del correspondiente registro sanitario y cumplir con la correspondiente normativa para poder comercializar ese tipo de productos. El control sanitario de los productos que se venden en los mercados semanales asturianos compete a la Consejería de Sanidad, mientras que el Ayuntamiento es el encargado de regular la ocupación de terrenos de uso público con puestos ambulantes en los soportales y aledaños del Palaciu Pintu. En Cangas de Onís están exentos de abonar la tasa reguladora "los agricultores o ganaderos del concejo y limítrofes que vendan, exclusivamente, los productos propios de sus explotaciones".

Con todo, los vendedores están intranquilos por lo que pueda pasar con la venta de los productos caseros y temen que pueda desembocar, tras muchos años de asistencia puntual cada domingo, en la suspensión de la venta de excedentes.

La polémica que surge ahora en Cangas de Onís no es nueva en Asturias, pues tiempo atrás ya sucedió en Grado y Pola de Siero. Lo que para muchos de esos paisanos y paisanas -de avanzadas edades, tanto de Cangas de Onís como de otros limítrofes- del mundo rural viene siendo un pequeño complemento a sus exiguas pensiones, podría llegar a revertir negativamente contra ellos mismos. De momento, no hay sanciones, pero sí se han registrado los citados controles de agentes especializados de la Benemérita.

"Nos dijeron que los tarros de miel, por ejemplo, deben llevar un precinto o que los huevos caseros tienen que estar sellados o cuñados", apunta uno de los habituales a la plaza cada domingo. Todos están cada vez más inquietos.

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