Los bebés cuyas madres consumieron drogas durante el embarazo corren el riesgo de padecer el síndrome de abstinencia neonatal, una enfermedad poco conocida en España de la que la enfermera Xana Menéndez ha hecho una revisión bibliográfica. El trabajo, basado en artículos publicados en los últimos cinco años, acaba de ganar el premio de investigación del área sanitaria VI en su categoría, dotado con 300 euros.

"Anima mucho a seguir", afirma la joven de Pola de Siero, que encontró su primera oportunidad laboral en la comarca y tras especializarse en enfermería familiar y comunitaria ahora desarrolla su labor en el centro de salud de Laviana. "En 3.º de carrera una pediatra nos habló en su asignatura de este síndrome y me llamó mucho la atención el desconocimiento que existía sobre él a pesar del gran impacto socioeconómico que genera", explicó la galardonada.

Hiperexcitabilidad del sistema nervioso, digestivo o respiratorio debido a la retirada de las drogas al independizarse de su madre son sólo algunas de las consecuencias menos graves que pueden sufrir los recién nacidos, que suelen pesar por debajo de la media. "A un bebé normal le dan el alta a las 48 horas de nacer, pero los que sufren este síndrome se quedan unos 25 días, en los que los cuidados de una enfermera bien formada es fundamental", defiende. "Si el consumo de drogas se produce en las primeras semanas, cuando se están formando los órganos del feto, puede traer consecuencias como, por ejemplo, retrasos. El tipo de droga y la cantidad que se consuma también influyen", explica.

Lo que más sorprendió a la galardonada fue la dificultad de encontrar datos sobre el número de gestantes consumidores de sustancias adictivas en España, que le hicieron recurrir a fuentes estadounidenses. Xana Menéndez aboga por abrir nuevas líneas de investigación para conocer la trascendencia de este problema a nivel nacional y hace hincapié en la importancia de la prevención. "Lo ideal es trabajar con los adolescentes para evitar que consuman, pues una vez está instaurada la dependencia es difícil de superar", reflexiona. "Muchas mujeres, por miedo o vergüenza, ocultan que son consumidoras, y así es difícil abordar el problema. Tenemos que crear un clima de confianza para que recurran a nosotras y no a internet", concluye.