Javier Jiménez Caballero de Rodas (Madrid, 1961) trabaja en las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales del Principado de Asturias (BRIPAS) del Oriente y el viernes 14 organiza unas jornadas sobre incendios en La Morgal, cuya matrícula aún permanecerá abierta hasta el próximo lunes.
- ¿Por qué arde Asturias?
-Por tres factores principales: el cambio climático que ha provocado en los últimos quince años temperaturas extremas , con veranos muy secos que facilitan la ignición; el abandono rural que fomenta el avance del matorral y la escasa planificación, pues al elaborar planes de territorio no se tienen en cuenta los incendios.
- ¿Son intencionados ?
-En Asturias el 80 por ciento son intencionados y un 12 por ciento negligencias o causas accidentales, lo que se traduce en que un 92 por ciento de los incendios son producidos directa o indirectamente por humanos.
- ¿Quién enciende la cerilla y por qué?
-Se piensa equívocamente que son los ganaderos pero habría que diferenciar entre quienes se dedican profesionalmente a ello y los que lo tienen como actividad secundaria porque son estos últimos, con menos tiempo y capacidad para gestionar el territorio, los que recurren más al fuego, sin conocimientos para controlarlo, con el fin de regenerar pastos.
- ¿Defiende las quemas?
-No veo mal que se hagan quemas prescritas, planificadas y coordinadas con un objetivo determinado y mantenido en el tiempo. Lo ideal es que los propietarios participen en ellas bajo la coordinación de un técnico.
- ¿Catástrofes como la de Portugal o Doñana podrían haberse evitado?
-No sé si evitado, lo que está claro es que el futuro inmediato será catastrófico si no incidimos en técnicas de prevención proactiva; esto es, con una planificación a largo plazo, no año a año, especialmente en puntos de alta recurrencia, como la falda del Cuera. A nivel de protección civil es fundamental dar cursos en los núcleos rurales y en las escuelas sobre cómo evitar incendios y autoprotección y mantenimiento de entornos y propiedades.
- ¿Hay más incendios en bosques de eucalipto y pino?
-Lo más importante para la prevención de incendios es cómo se maneja la estructura del combustible, cómo está dispuesto en el territorio, más que la especie en sí. Un eucaliptal limpio bien rodeado puede ser menos peligroso que un castañedo.
- ¿Están mal aprovechados los montes asturianos?
-Están mal aprovechados todos los de la España cantábrica, a excepción del País Vasco, porque no se invierte en ellos, los vecinos no participan en su gestión y no los sienten como suyos. Es importante que se recuperen las sextaferias y que se invierta en mantenimiento, que debe ser planificado y coordinado en el tiempo. Hay concienciar a la gente del valor de productos que se pueden obtener en ellos y fomentar el comercio de proximidad.
- ¿La Administración tiene asignaturas pendientes en la lucha contra los incendios?
-La Administración ha perdido credibilidad y para recuperarla tiene que dialogar con sinceridad con todos los agentes implicados. Una medida importante para evitar grandes fuegos sería recuperar los caseteros o vigilantes de incendios: tres de los más graves producidos en Asturias en diciembre de 2015 podían haberse evitado, como el de Gustevela.
- ¿Qué le parece la ley de Montes?
-Creo que ha sido una barbaridad quitar los acotamientos: se pasó de acotarlo todo a no acotar nada. En zonas de brezales no debería permitirse el pasto del ganado porque están muy degradas, a un paso de convertirse en pedregal. Tampoco en las turberas con intereses comunitarios. Debe acotarse sólo donde sea necesario.
