Tres bolardos impiden desde esta semana que los coches accedan a la calle Grande Covián de la villa de Colunga, un paso peatonal y paralelo a la general y a la plaza del Monumento. Han sido colocados por el Ayuntamiento, como explicó el alcalde, el socialista Rogelio Pando: "Es una calle peatonal que no la respetaba nadie y además pasaban coches a gran velocidad".

A los conductores no les queda ahora más remedio que respetar la prohibición. Los bolardos han quedado instalados poco antes del kiosco de prensa existente en la zona y dos de ellos pueden retirarse puntualmente, pues están dotados de cerradura y anclaje. La apertura parcial de la calle se usará para el mercado semanal de los jueves o eventos especiales y para el paso de vehículos de emergencias.

No es este el único cambio que se ha producido últimamente en la circulación en el concejo de Colunga, ya que en la localidad de La Isla la carretera de acceso (que va desde la Nacional 632 hasta la playa del mismo nombre) ha quedado habilitada en las dos direcciones.

Durante el verano se usaba sólo para entrar al pueblo y se permitía que los coches aparcasen en el lado derecho, pero a finales de la primavera el gobierno local mandó pintar una raya amarilla que impide el estacionamiento en toda la recta. Rogelio Pando, explicó que "había peticiones de los vecinos" de la localidad para que hubiera circulación en dos direcciones. Mientras que la medida en la calle Grande Covián es permanente, la prohibición de aparcar en la recta de La Isla estará vigente del 1 de julio al 15 de septiembre. Sin duda, más de un usuario de la playa echará en falta este lugar para estacionar, quedando únicamente las fincas en las que particulares y la Iglesia cobran por aparcar.