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El futuro de la frisona se prepara en Colunga

Veinticuatro jóvenes de toda España participaron en la XII Escuela de Preparadores en el Instituto de Luces

Yulia Serrabassa, con la novilla con la que ganó la exhibición. P. M.

"Los futuros líderes de la raza frisona siempre pasan por aquí". Lo dice el jefe del departamento de Morfología de CONAFE (Confederación Nacional de Frisona Española), Gabriel Blanco, presente ayer en la clausura de la XII Escuela Nacional de Preparadores, durante toda la semana en el Instituto de Luces, en Colunga. Veinticuatro jóvenes de Galicia, Cataluña, Menorca, País Vasco, Cantabria y Asturias aprendieron a domar a la vaca frisona que les fue asignada, a alimentarla y a realizar todos los preparativos necesarios para una buena exhibición: a lavarla, esquilarla y mantenerla limpia durante toda la semana.

Tras haber asistido a las clases teóricas y prácticas, los jóvenes se enfrentaron ayer a la exhibición de sus novillas y vacas como si fueran los participantes de un concurso real, con tres primeros clasificados y entrega de premios. Yulia Serrabassa, barcelonesa de 15 años, demostró ser la mejor en este campo y se proclamó bicampeona de la escuela colunguesa, pues el año pasado ya ganó. Es su cuarto año en Luces y también ha ido a competir a Cremona (Italia) en dos ocasiones.

Hija de un preparador, durante el curso limpiaron y encamaron (acondicionar el lugar donde duermen) a los animales y tuvieron que realizar una presentación de su "granja imaginaria". Serrabassa aún no sabe si le gustaría dedicarse al sector de forma profesional, pero tiene claro el secreto para ser la mejor: "Trabajar todos los días", afirma la joven, quien también habla con el animal "para que al oírte esté tranquilo", añade.

Subcampeón quedó el vasco Jon Vivancos y la mención especial fue para Abril Sabriá. A la final llegó uno de los benjamines de la escuela, Alberto Ríos Crespo, de Pontevedra (Galicia). Era su primera vez en la escuela de preparadores y los miembros del jurado admiraron su destreza para su corta edad.

Los aspirantes tuvieron que manejar ganado equivalente a su altura y Ríos tuvo que vérselas y aprender con una ternera. Al igual que el resto y en equipos de seis, en los que la organización procuró mezclar diferentes procedencias, el niño alimentó, lavó y peló a los animales de la explotación de leche ecológica que el Instituto de Luces tiene en sus instalaciones.

El alumno gallego sí tiene animales en casa, al igual que el "99 por ciento de los participantes", subrayó Blanco, antes de relacionar el uno por ciento restante con familiares cercanos que los tienen.

La forma en que condujeron a las vacas, las colocaron, estuvieron pendientes de la disposición de sus patas y asimilaron las instrucciones de los jueces determinó, además del aspecto estético del animal, el veredicto final.

La escuela suele completar el máximo de plazas, veinticuatro, y este año contó con un grupo "muy numeroso de jóvenes entre 12 y 14 años", resaltó el jefe de Morfología de CONAFE. También con un alto índice de repetición, ya que hubo diez alumnos que repitieron. La formación que reciben en Luces "les ayuda a aprender sobre alimentación y manejo de los animales, sobre trabajo en equipo y relaciones entre ganaderos", explicó Blanco, quien considera fundamental "que te guste, tiene que gustarte mucho la vida del ganadero y las vacas. Tener afición", concluyó. Luces, que cede sus instalaciones para la escuela de preparadores -los jóvenes se quedan en el centro durante toda la semana- se ha convertido en un referente de la formación en ganadería y agricultura ecológicas. El centro realizó la conversión de su explotación en intensivo de raza frisona a una cabaña mucho menor y que ya produce leche ecológica reconocida por el Copae.

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